Por fin se hace justicia para Jennifer Coolidge. La actriz de Massachusetts se subió ayer al escenario de la gala de Los Globos de Oro 2023 para recoger la estatuilla que todos ansiábamos que se llevara: la de Mejor actriz en una serie limitada o película para televisión, musical o comedia. Porque su mérito lo conocíamos, pero tuvo que interpretar a Tanya McQuoid en The White Lotus para que los críticos de cine se dieran cuenta de que nos encontrábamos ante una de las figuras de la interpretación más majestuosas del momento y le otorgaran, de una vez, su lugar en el séptimo arte. Pero no fue este el único mérito que la actriz se llevó ayer, sino que también ella se convirtió en la responsable de emocionarnos a todos los espectadores y de lograr la mayor ovación de la noche.
Subida al escenario, emocionada y fiel a su característico sentido del humor, comenzó diciendo: «Puedo dejar esto, ¿verdad? No hago ejercicio, sabes a lo que me refiero, no puedo soportarlo tanto tiempo». Con estas palabras dio paso al que se convertiría en el momento más viral de la gala, haciendo mención a todos los papeles secundarios que la mantuvieron en la industria y agradeciendo la oportunidad de continuar trabajando gracias a la confianza que algunos cineastas, como Ryan Murphy, depositaron en ella:»Ryan Murphy, tú fuiste uno de ellos. Y estos pequeños trabajos me ayudaron a continuar, fueron unas cinco personas, estabas tú, Ryan, y veamos, a quién más tenemos… Eras solo tú, Ryan».
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Porque claro queda que haber sido también parte de afamadas producciones como El vigilante, American Pie o Una rubia muy legal no fue suficiente para Coolidge. Infravalorada como la que más, es ahora a sus 61 años la edad en la que gracias a ocupar un papel protagonista en la serie The White Lotus, dirigida por Mike White, Hollywood se ha dado cuenta de lo que se estaba perdiendo. Sobre esto y sus expectativas cuando comenzó en el sector también habló: «Tenía grandes sueños y expectativas cuando era más joven, y lo que ocurrió es que se esfumaron con la vida. Pensaba que iba a ser reina de Mónaco aunque alguien ya lo había hecho. Pero tenía estas ideas gigantes. Y entonces te haces mayor y todo se va a la mierda. Y, Mike White, tú me diste esperanza. Me has dado un nuevo comienzo. Incluso si este es el final, porque sí que me mataste, pero incluso si este es el final, has cambiado mi vida en un millón de formas diferentes».
Las palabras de la actriz fueron para recordar de principio a fin, pero lugar a dudas, las frases que mejor definieron su irónica carisma las pronunció casi al final del discurso, cuando sorprendió a todos haciendo llorar de emoción a Mike White: «Mis vecinos me hablan y cosas así. ¡Nunca me han invitado a una fiesta en mi barrio, y ahora todos me invitan!.
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