El duque de Edimburgo, ingresado en el hospital mientras Isabel II viaja a Sandringham en solitario para sus vacaciones navideñas

Llevamos días anunciando la inminente llegada de la Navidad, pero si hay un marcador del que nos podamos fiar ese debería ser el traslado de Isabel II a Sandringham. La reina, de 93 años, celebra cada año junto a su familia las Navidades en esta casa, en donde se queda (habitualmente) hasta el 6 de febrero, el día que se celebra el aniversario de su sucesión al trono. Pero mientras ella viajaba desde Londres al condado de Norfolk, su marido Felipe de Edimburgo tomaba la dirección contraria.

El duque, que se retiró de sus funciones reales en 2017, tenía programada una revisión médica recomendada por su doctor en el hospital King Edward VII. Según hemos sabido, se trataba de una cita para prevenir riesgos de salud debido a su avanzada edad, pero el royal se ha quedado ingresado para observación y tratamiento de un problema de salud anterior.

Desde su retiro, el duque vive en Sandringham y apenas se deja ver en público. Este año lo hemos podido ver en escasísimas ocasiones: el día que Meghan Markle y el príncipe Harry le presentaron a Archie y en la boda de Lady Gabriella en el Castillo de Windsor.

Una ausencia que se notará este año, en caso de que su estancia en el hospital se alargue.. Durante las fiestas natalicias, la familia real al completo acude a la ceremonia religiosa que cada año tiene lugar el día de Navidad en la iglesia St. Mary Magdalene. Durante ese día, la reina puede cambiarse de estilismo hasta en siete ocasiones, ya que acude a diversas recepciones y fiestas privadas.

Pero sin duda, el más importante es que el escoge para la tradicional misa, que tiene que enviar un mensaje claro y directo. La encargada de que todo salga bien es Angela Kelly. “Suelo empezar a presentarle opciones con dos meses de antelación. Y antes de presentarle las posibles opciones, tengo que consultar qué colores ha lucido en años anteriores porque no puede repetir ninguno que haya llevado los dos años anteriores”, le confesó su estilista y mano derecha al Daily Mail. “También siempre intento elegir colores muy festivos y vistosos para que todos los que se acercan a Sandringham a saludar a la reina la localicen con facilidad”, aclaró.

Por el momento, Isabel II ha llegado a la estación de tren de King’s Lynn con un abrigo rosa palo, un vestido del mismo color, un pañuelo en su cabeza, y el tipo de bolso (que ahora podríamos calificar como vintage), que siempre lleva. Los que no acudirán son Meghan Markle y el príncipe Harry, que están disfrutando de seis semanas de vacaciones lejos de Gran Bretaña.


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