No cabe duda a la especulación: Steve Bing se suicidó. Así lo informaba la web TMZ, medio que detallaba que el productor de Hollywood se había lanzado desde la ventana de su piso, un 27º. La pregunta que procedía tras conocerse la noticia era la de por qué. ¿Qué habría llevado a un hombre como él a terminar con su vida de esa manera tan trágica?
En un primer momento, desde TMZ aseguraron que Steve (cuya fama ante el gran público se debe a la relación que mantuvo con Liz Hurley, con quien tuvo un hijo al que le costó reconocer como tal) era víctima de una depresión provocada por el encierro obligado por el coronavirus. Sin embargo, parece que esos demonios ya estaban en su vida de antes. Que el aislamiento solo hizo que agravarlos.
Al menos, eso es lo que sostiene su círculo íntimo. Es ‘Page Six’ quien ofrece las declaraciones de alguien muy cercano a Bing y que revela que lo que le habría llevado al suicidio era un cóctel explosivo en el que, además de los problemas de salud mental, interferían ciertas deudas por malgastar buena parte de su fortuna y los coqueteos más que peligrosos con las drogas.
Un cúmulo de problemas
«Steve tenía un problema de drogas, pero fueron los problemas mentales los que lo atormentaron. A menudo desaparecería por largos períodos de tiempo. No tenía una relación fuerte con sus hijos, y estaba triste por eso», se puede leer. Algo que sorprende, puesto que Hurley aseguraba en la despedida que le dio en Twitter (que puedes recordar aquí) que habían hablado hace muy pocos días, el 18 de este mes, por temas relacionados, precisamente, con Damian, su hijo en común.
Esta fuente anónima, incluso, pone nombre a la dolencia que padecía su amigo: «Steve era el chico más encantador, cariñoso y generoso que puedas conocer. Sí, le gustaban las mujeres hermosas, pero sus relaciones nunca funcionaron. Ha pasado un tiempo entre tinieblas durante años. Hablo de su la lucha contra la enfermedad mental, el trastorno bipolar. Sus amigos cercanos estamos devastados por su muerte pero, lamentablemente, no estamos sorprendidos».
Sus amigos estamos devastados, pero no sorprendidos»
Porque a esto se suma que, en los últimos años, no habría hecho buen uso o inversiones de esa fortuna que se le estimaba en unos 600 millones de dólares. Unos problemas económicos que no serían sino una gota más con la que llenar un vaso que terminaba por colmarse el pasado lunes con el desenlace conocido.
«Por sorprendente que parezca, al final tuvo problemas financieros. Hizo muchas inversiones desaconsejadas. Su última película con Warren Beatty fue al revés, y muchas personas lo tomaron por mucho dinero. La gente imagina que es imposible caer cuando se tienen 600 millones, pero lo hizo. Fue demasiado generoso«, sostiene en este sentido esa fuente que pedía al medio para el que ha hablado que no se revelase su identidad.
Un segundo confidente detallaba que, recientemente, se había deshecho de una serie de propiedades para intentar rencauzar su economía: «Vendió recientemente su jet, su casa, y estaba muy deprimido». ¿La sombra de un pensamiento de fracaso? Quizás. Lo único cierto es que todas las piedras que encontró en su camino en este último año y medio han llevado a que hoy, no pueda dar la única respuesta válida al por qué lo hizo: la suya.
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