Sucedía el sábado a mediodía. Malú daba a luz a su primera hija. Para su pareja, Albert Rivera, es su segunda experiencia con la paternidad, pero no por ello menos emocionante. Era el programa ‘Socialité’ el que anunciaba, después de que hubiésemos leído que la cantante había ingresado, que la pequeña estaba ya en el mundo.
No pasaban muchos minutos desde ese momento hasta que ambos, con una foto idéntica, presentaban a la niña (bueno, su pie) en el universo virtual. Y quizás porque estábamos esperando la publicación de ella como agua de mayo, las bonitas palabras que Albert le dedicaba a su hija pasaban más desapercibidas de lo que deberían por esa carga emocional puesta al servicio de sus ‘followers’.
«Ya está aquí nuestra niña, Lucía. Te acompañaremos en tus pasos toda la vida. P.D: El pie más bonito del mundo», se podía leer en el muro de un Rivera que no acostumbra a mostrar partes de su vida privada en las redes sociales. Una norma que bien vale ser rota ante algo tan excepcional como la ampliación de la familia.
Lo cierto es que, desde que se comenzó a hablar de un posible romance entre ellos, en febrero de 2019, Rivera siempre ha respondido con rodeos a las preguntas que le han realizado en diferentes intervenciones públicas sobre esa relación con Malú. Reservado a la hora de entrar en el terreno de la intimidad, lo que no ha podido gritar a los cuatro vientos es esa felicidad ante la llegada de Lucía.
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