Como cada año, la reina ha elegido a su representante personal de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia. Se trata de un cargo que refleja el papel de la reina como protectora y apoyo de la iglesia y que subraya el carácter nacional de la de Escocia. La reina ha tomado la decisión con el consejo del primer ministro británico, Boris Johnson. Normalmente, el elegido lo es gracias a los méritos y el apoyo que haya ido dando a la reinay por su contribución a la sociedad y su mérito. La función del elegido es la de representar a la reina en el día que se celebra la Asamblea, además de realizar otras funciones a lo largo del año. En 2002, se produjo un hecho insólito desde el inició de la tradición: la reina asistió ella personalmente como apoyo a la cámara. Ese año no nombró a nadie.
Entre las personas que han representado a Isabel II durante su reinado destacan su hija Ana, que lo ha hecho dos veces -la última en 2017-. Sus hijos menores, Andrés y Eduardo, también han ostentado el puesto en algún momento. El príncipe Carlos lo fue en el año 2000 y su título escocés es duque de Rothesay. Se trata de una tradición que se remonta al año 1580, fecha en la que se celebra la primera asamblea. Desde entonces la tradición se ha ido manteniendo de forma más o menos intermitente. En el año 1707 se creó una ley por la cual los soberanos se comprometen a mantener y proteger a la iglesia de Escocia.
Guillermo es denominado en esta ocasión como conde de Strathearn, que es la forma en la que se le conoce en Escocia. Digamos que algo así como su título oficial en el país de Escocia. Su labor es representar a la reina en la Asamblea General que se celebra de forma anual, además de llevar a cabo otras funciones en ceremonias y visitas oficiales a Escocia, no siempre de carácter religioso. Durante esa reunión de la Asamblea General, el elegido es tratado como regente.
“El Señor del Alto Comisionado es el encargado de los discursos de apertura y clausura de la Asamblea General e informa a su majestad sobre lo ocurrido", ha explicado el palacio de Buckingham. "Mientras dura la Asamblea General, la soberana le da permiso al comisario para residir en el Palacio de Holyroodhouse y, durante ese tiempo, su majestad recibe un Guarda de Honor, un saludo de 21 hombres armados y las llaves de la ciudad de Edimburgo. También es costumbre que el comisario invite al palacio a huéspedes distinguidos, además de ofrecer su hospitalidad a los comisarios de la asamblea y a las personas que han contribuido a la vida pública de Escocia”, continúa. “Durante la semana de la Asamblea, el alto Comisario asiste a la asamblea para observar los debates. Él o ella también lleva a cabo un programa de compromisos, para reflejar el trabajo de las organizaciones benéficas de la iglesia”.
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