La ceremonia de los Oscar de este año ha apostado por una vuelta a la normalidad, como parte de ese mundo que mira al futuro con esperanza, muchas vacunas y pocas mascarillas. De igual modo que la industria del cine a la que pertenecen, los Oscar nos han hecho soñar con esa realidad que anhelamos.
Pero el espejismo de normalidad (con todas sus respectivas medidas de seguridad) no sólo ha impregnado la ceremonia de los premios cinematográficos más famosos del mundo. También lo hemos visto en algunas de las fiestas privadas que se han celebrado en paralelo. Una de ellas ha sido la de Daniel Kaluuya en Los Ángeles. Tras haberse proclamado vencedor en la categoría de mejor actor secundario por su papel en Judas and the Black Messiah, de Shaka King, Daniel Kaluuya se reunió con algunos amigos, entre los que estaban Drake o Adele.
La cantante británica, que llevaba meses sin aparecer en público, acudió a la celebración con un sorprendente abrigo de color verde lima, de la firma LaPointe, con plumas en las mangas y estampado Jacquard. Su precio en la web de la marca es de 2.450 dólares. Lo completó con un chaleco de color negro, unos pantalones también con estampado Jacquard y unos pendientes de Shaune Leane valorados en 620 dólares. Llevaba la larga melena suelta, con sus habituales mechas rubias. En su rostros destacaban unas largas pestañas. La cantante cambió radicalmente de aspecto cuando perdió más de 44 kilos, mediante un estricto plan de dieta y ejercicio físico.
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Adele, como el resto de los invitados a la fiesta, estuvo cantando, riendo y pasando un buen rato, según muestras los fotos y vídeos subidos tanto por su amiga Amber Chardae Robinson a sus stories de Instagram como por la camarera de la fiesta.
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