Ana Soria. Ese es (hasta ahora y salvo sorpresa mayor) el nombre del verano. Ella es quien ha conquistado el corazón de Enrique Ponce después de que este terminara su matrimonio con Paloma Cuevas. Remarcamos el ‘después’, porque él mismo ha manifestado que no ha habido infidelidad, como se ha deslizado en los medios desde que se conociera el punto y final con su mujer. Que Ana apareció en su vida después de tomar la decisión conjunta con Paloma de que no seguirían.
Ella es una joven estudiante de 21 años. De Almería. De hecho, llegó a sopesar la posibilidad de presentarse al certamen de Miss provincial e la pasada edición. Físico, no le falta. Tampoco algo de experiencia, ya que ha hecho algunos trabajos como modelo. Y sabe posar, como demuestra en esa cuenta de Instagram que acaba de abrir al público general, tras conocerse el romance, y con la que ha presentado su más que seria candidatura a ‘influencer’ del año.
Ella quiere ser ‘influencer’ tipo Paula Echevarría»
De Ana se ha escrito y hablado mucho estos días. Tanto, que ya es como una más de la ‘familia del corazón’. Pero, ¿quién es su familia? ¿En qué entorno se ha criado esta joven que ha llegado para quedarse en el papel cuché? Ella es la mayor de dos hermanos (ambos estudian Derecho). Su padre, Federico Soria, es abogado y son esos los pasos profesionales que parecía querer seguir ella. O puede que aún no se haya apartado de esa senda a pesar de que los cantos de sirena del universo 2.0 le susurran cada vez más cerca (o no, porque acaba de dar el drástico paso de, abrumada por la presión, borrar su cuenta de Instagram).
Porque sus compañeros de la Universidad de Granada, tal y como recogen en Vanitatis, tienen claro que Ana va a desviarse del camino de la abogacía: «Depende de a quién preguntes te dirán que Ana es una chica muy abierta, simpática y que estudia lo justo para aprobar. Al ser tan guapa, tenía a los chicos que quería. Está en tercero de carrera y, cuando acabe, hará las prácticas en el despacho de su padre. No va a tener problema para encontrar trabajo, aunque dudo mucho que lo haga. Ella quiere ser ‘influencer’ tipo Paula Echevarría o Mar Torres, la exnovia del hijo de la infanta Elena».
Emporio del pan
Volviendo a su familia, Federico, el quinto de siete hermanos, es abogado mercantilista y tiene su propio bufete en la capital andaluza. Lo levantó después de haber sido apoderado de Banesto y de haber forjado una estrecha amistad, a comienzos de los años 80, con el juez Baltasar Garzón. Es este negocio familiar el que debiera heredar Ana. A pesar de que su familia tiene un imperio mayor.
Nos referimos al que encontramos al bucear en la historia de la rama materna. Su madre, la empresaria Rosa Moreno, es hija de un (también) empresario famoso en Almería por haber levantado una red de panaderías. Aunque ella se desligó de ese negocio familiar y ha sido administradora única de Dermatología Almeriense Sociedad Limitada y Derma-Piel Sana Sociedad Limitada. Al menos hasta 2016, cuando terminó su relación laboral con estas sociedades
El apartamento en el que se han refugiado en medio de la tormenta de titulares es de sus padres. «Aquí, en Almería, nos conocemos todos. Viven bien», han manifestado fuentes cercanas a los Soria-Moreno a Vanitatis. Federico y Rosa poseen un inmueble en la urbanización de lujo Marina de la Torre de Mojácar, donde Enrique y su nuevo suegro podrán batirse en duelo sobre el campo de golf, una afición que puede favorecer que estrechen la relación.
¿Salto a la tele?
Entre Ana y Enrique hay una afición que también podría haber sido uno de esos temas de conversación a través de las redes sociales, que sirvieron para conocerse, para romper el hielo: los toros son la pasión de Soria y la profesión de Ponce. Un punto de partida que nos lleva, inevitablemente, a pensar en cómo edificaron su amor José Ortega Cano y Ana María Aldón (aunque ellos recurrieron al clásico ‘pico y pala’ presencial, no al ‘teletrabajo’ que pone en bandeja la tecnología).
Los que conocen a la familia aseguran que son tan discretos, que todo esto les viene grande
Parece que a la joven le tiran más de las leyes paternas que de la masa madre. Al menos, así era hasta que se le colocara un foco encima de la cabeza. ¿Será carne de ‘reality’? Esa es una pregunta para la que habrá que esperar respuesta. Es pronto. Aún se está moldeando la estrella que será. Y la vida da muchas vueltas. Que se lo digan a Ponce… Una idea, la de tener las miradas encima que, tal y como se lee en la web ya mencionada, no sería muy del agrado de una familia que siempre se ha caracterizado por el perfil bajo: «Su padre también fue empresario y se jubiló hace años. Creo que toda esta historia y salir en televisión les viene grande. Son más bien discretos».
Aunque igual sea su abuelo, quin saltó a la fama el pasado fin de semana al confirmar el romance de su nieta con el diestro, quien pueda dar una salida laboral a Ana más acorde con todo lo que está aconteciendo estos días. Además de las panaderías, José Luis Moreno (Caparrós, para que no haya lugar a dudas con otro gran empresario del terreno audiovisual) Grupo Renta Todo, un conglomerado empresarial centrado en el alquiler de carpas, audiovisuales, stands para ferias, baños portátiles, climatización y todo tipo de accesorios para eventos.
O sus tíos, porque lo dejó en manos de dos de sus hijos, Antonio y José Luis. Por no hablar que la familia materna de Ana es la accionista mayoritaria de Almería Televisión. ¿Tiene o no tiene Ana donde elegir para encaminar su futuro profesional?
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