El vestido de novia de Letizia cumple 16 años

Hoy se cumplen 16 años de la boda de doña Letizia Ortiz y el entonces príncipe Felipe, un día que cambió la vida de doña Letizia, poniendo un punto final a su trayectoria como periodista y convirtiéndose en la futura de reina de España. Madrid se convirtió en el escenario de una boda histórica, en la que se dieron cita las principales familias reales, y en la que todos los ojos estaban puestos en el vestido de novia de Letizia.

El día, que despertó con una intensa lluvia, no fue el que todos hubieran soñado para que ella luciera un diseño que firmó Manuel Pertegaz y que ya forma parte de la historia. El diseñador, que falleció hace seis años, tuvo en sus manos el encargo más importante de su vida. Su taller de Barcelona fue el lugar donde se fraguó el secreto mejor guardado de la novia. Doña Letizia, guiada por la reina Sofía, tenía claro lo que quería: un vestido sencillo y clásico, pero con el peso y la importancia de un diseño pensado para pasar a la historia.

El secreto mejor guardado se desveló cuando Letizia llegó a la catedral de la Almudena en un Rolls Royce junto a su padre. Un vestido en el que el detalle que más llamó la atención fue su cuello chimenea (favorito de Letizia en aquella época), confeccionado en seda natural, en blanco roto, y de línea princesa. De cuerpo ceñido y manga larga, el vestido terminaba en una espectacular cola en la que estaban bordados motivos de gran significado para la corona: la flor de lis, las espigas de trigo, trébolos y madroños.

El escote, los puños de las mangas y el delantero de la falda también estaban bordados con hilos de plata. Doña Letizia también llevaba un velo, regalo del príncipe Felipe, y la misma corona que había lucido doña Sofía en su boda, una diadema prusiana de platino y diamantes que doña Sofía heredó de su madre, la reina Federica.

Todos los expertos en moda y compañeros de Pertegaz coincidieron que el diseñador turolense había hecho un trabajo intachable. Una década después de su aquella boda, Manuel Pertegaz rompió su silencio y su habitual discreción para hablar del vestido y de su trato con Letizia en el diario Abc. «Me dio total libertad para hacer mi trabajo. Digo esto para acallar las voces que dicen que me impuso su criterio. Vino cuantas veces fueron necesarias. Nunca puso ningún impedimento», dijo Pertegaz.

El diseñador tenía claro lo que quería: «No quería que el traje de Doña Letizia fuera un modelo loco, sino intemporal, con vida, porque quería y tenía que quedar como un documento para la Historia». Un traje que, dieciséis años después, conserva ese espíritu regio que su diseñador le quiso imprimir, y que siempre será recordado por sus suntuosos detalles y el cuello chimenea que aunque ya no sea tendencia doña Letizia supo defender con estilo.




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