Ella Emhoff, la hijastra de Kamala Harris nos devuelve la esperanza de que por fin haya una veinteañera que parece una veinteañera en la Casa Blanca

A punto estuvo de robarle todo el protagonismo al nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a la recién estrenada Primera Dama, Jill Biden, e incluso a su carismática madrastra: la vicepresidenta Kamala Harris. Y lo consiguió, simplemente, acudiendo a la ceremonia de investidura con un abrigo de Miu Miu con pedrería y cuello bebé XXL. Que Twitter se lanzara sobre el estilismo de Ella Emhoff para coronarla como tendencia nos habla de lo necesitados que están los veinteañeros del mundo de encontrar un referente cercano en una ceremonia que se resumía para ellos en la imagen de un señor muy mayor jurando un cargo rodeado de señores y señoras muy mayores que cantan (para el gusto de los que han nacido en el 2000 todo aquel que ya haya cumplido los 30 está fuera de su radar).

En un panorama, el del Capitolio estadounidense, en el que todas las familiares de los mandatarios que desfilan por las ceremonias son demasiado jóvenes (Malia Obama tenía 10 años cuando se tragó el tostón de ceremonia y su hermana Sasha siete); demasiado rubias y con falda de tubo (adiós -de momento- a las hermanas Trump, Ivanka y Tiffany) o, simplemente, demasiado sosas (lo sentimos Chelsea Clinton, en aquel momento lo eras), Ella Emhoff es una rara avis y una luz de esperanza para los que aún no han cumplido los treinta.

La hija menor del marido de Kamala Harris es, por su parte, una joven interesante. Ella Emhoff iene 22 años, estudia en la escuela Parsons de diseño en Nueva York y organiza en su cuenta de Instagram concursos benéficos en los que rifa pantalones de punto tejidos por ella misma para apoyar a una organización que recauda fondos con los que ayuda a las personas negras transgénero.

Ya apoye campañas por los derechos de los desfavorecidos o pose en su cuenta con el último bolsito de Piolín que ha tejido Ella Emhoff sabe que está, ahora mismo, en el centro de un circo mediático y actúa con tiento. Puede que en su cuenta parezca un personaje excéntrico sacado del casting de Euphoria, pero su acierto al aportar un soplo de aire fresco en la investidura más blindada de la democracia estadounidense demuestra su capacidad para asumir la situación y aún así destacar sin ofender.

Desde que Kamala Harris se unió a su padre, Doug Emhoff, Ella ha aprendido a convivir con la sensación de que llama la atención. Aún es difícil ver familias multirraciales reestructuradas como la suya en el panorama político americano donde la apariencia y la imagen pública en ocasiones parece ser todo. Pero Ella parece haber asumido su papel y está dispuesta a defender lo que piensacon la misma intensidad con la que defiende a su familia. Como declaró a la revista Popsugar: «Creo que nuestra familia es un buen modelo para demostrar que puedes tener esta [dinámica] y que esto no es extraño«. Por supuesto tiene razón: Ella no es rara, lo raro es que no hubiera más veinteañeras como ella paseando por la Casa Blanca hasta este momento.

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