Hace 40 años, Marie-Christine de Bélgica, hija del rey Leopoldo III y la princesa Liliana, hermanastra del rey Alberto II y, para más señas, tía del actual monarca del país, Felipe de Bélgica, puso tierra de por medio y se marchó a Estados Unidos. No quería tener nada que ver con la monarquía y la rigidez del protocolo.
La princesa rompió todos los lazos familiares y, hasta 2007, cuando concedió una entrevista a ‘Laatste Nieuws’, no se supo más de ella. Claro, que sus declaraciones en aquel momento tampoco es que debieran de hacer gracia a su familia, puesto que abogaba por la abolición de la monarquía.
Ahora, es el mismo medio de comunicación quien, 12 años después. ha encontrado dónde está Marie-Christine: en Sequim, un pueblo de menos de 7.000 habitantes perdido en medio del desierto de Washington, Estados Unidos. Vamos, un lugar ideal para quien no quiere que se sepa nada de ella. Porque ni los esfuerzos de su hermana Esmeralda, la única que ha intentado recuperar el contacto, han servido de nada. Ella no quiere saber nada de ellos.
El citado medio ha hablado con Esmeralda, quien con pena manifiesta: «Marie-Christine no quiere mantener ningún contacto ni con la familia ni con los amigos del pasado. Es su elección. Dice que tiene una nueva vida. Me pone triste, pero respeto su decisión. Lo intenté durante 4 años, pero ella realmente no quiere y no puedo obligarla».
Esta vive junto a su marido, Jean-Paul Gourgues, en una casa que compraron en 2009 y que les costó unos 300.000 euros. Allí disfrutan de su retiro en la montaña mientras la prensa especula sobre los motivos que la llevaron a tomar tan drástica decisión, apuntando a traumas infantiles como la teoría que iría en cabeza en las apuestas.
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