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Esther Cañadas puede presumir de tener una carrera intachable. Como Greta Garbo, la albaceteña se retiró en lo más alto para poder disfrutar y vivir, y es que Esther salió de su casa con sólo 15 años con un objetivo: triunfar. Ahora, a sus 45 años, puede decir que lo ha conseguido, pero ha no ha sido un camino fácil, y lo ha contado todo con detalle en el programa ‘Las tres puertas’ de María Casado, en RTVE. «No es un trabajo fácil. Sigue siendo duro, pero antes era más complicado. Ahora hay WhatApp, Skype… mil cosas, y yo al principio, hasta que conseguí encajar en la categoría de ‘súpermodelos’, ya había comido mucho arroz blanco y miraba las facturas en la cocina diciendo ‘qué hago aquí'». Pero su peor momento llegó cuando le diagnosticaron su enfermedad.
Sin querer ponerle nombre, la modelo ha confesado que se trata de una enfermedad inmunológica, con la que convive desde hace años, que requiere medicación porque es crónica y le ha complicado mucho sus planes de vida. Ahora su alegría es su hija, Galia, pero hasta que la tuvo en 2014 todo fueron médicos y tratamientos que, sumado a otros temas personales, le obligaron a hacer un parón en su vida, para volver por todo lo alto en 2022. «Llega un momento en el que te levantas y piensas ‘¿de verdad esto es mi vida?’ Ir al médico, al hospital, tener efectos de todo tipo… pero sí. Todo eso es complicado. Perdí la cuenta con el médico número 56. Y he hecho de todo: me fui a Hong Kong a probar la medicina china, a Tailandia a meditar con monjes, a México…», ha relatado.
María Casado ha querido saber si su rápido tren de vida y el estrés pudo ser lo que le provocara el empeoramiento: «Puede ser todo. Es una enfermedad inmunológica que hace que tengas el sistema demasiado acelerado, pero lo pueden disparar un montón de cosas». Sin duda, todo un ejemplo de superación y de saber parar cuando toca para poder disfrutar de los suyos y, al fin y al cabo, vivir y divertirse.
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