Emanuel Ungaro vestía la bata blanca y al mismo tiempo escuchaba música clásica. Ese era el signo más evidente de que su momento de creatividad absoluta llamaba a la puerta para inspirar lo que se convertirían en los icónicos diseños que le designan como «el cirujano de la elegancia«.
Este reconocido modisto, nacido enel seno de una humilde familia en Aix-en-Provence (Francia), pero mudado a Puglia, falleció ayer, a causa desconocida por el momento, a los 86 años de edad. Ocho décadas antes de esta triste fecha fue cuando comenzó a coser. Así fue el comienzo de su relación con la moda con la que, inspirado por su padre Cosimo,desarrolló una amplia trayectoria profesional. Trabajando día tras día, con constancia y varios cambios de ciudades, conoció a grandes personalidades de la industria y entró en contacto con otras muchas, con las que incluso llegó a trabajar seis años como Cristóbal Balenciaga.
Las mujeres siempre agradecieron trabajar junto a él y si hay que mencionar a una, ella es su principal musa: Ainouk Aimeè. Pero Emanuel también pudo presumir de vestir también a grandes celebridades y referencias de estilo como Lauren Bacall, Jackie Kennedy, Isabelle Adjani, Carolina de Mónaco y, la española, Eugenia Martínez de Irujo, que se enfundó en un vestido de seda con bordados para su boda con el torero Francisco Rivera. De este diseño y de su aprendizaje en el país, Emanuel, a pesar de ser francés y haber vivido en Italia, siempre guardó un gran cariño a España.
La década de los años 80 le posicionó en el podio de los cinco diseñadores de Francia más reputados, pero fue en 1996 cuando dejó la dirección de Maison Ungaro que pasó a ser propiedad del grupo Ferragamo. Tan sólo doce años más tarde, en 2004, el diseñador anunció su retirada de la moda parisina dejando en el legado de sus colecciones a Giambattista Valli. Sin duda, una clara evidencia de una herencia que ha marcado, con éxito, la industria. Por eso, por su impecable trayectoria y con la triste noticia que nos hemos despertado hoy, rendimos, más que nunca, homenaje a su figura.
Vía: Harper’s BAZAAR ES
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