Ha sido una de las primeras en llegar a la alfombra roja de los premios Goya 2020. Greta Fernández, que está nominada a Mejor actriz por su papel en La hija de un ladrón, la película de Belén Funes, en la que comparte protagonismo con su padre, el veterano actor Eduard Fernández, ha apostado por un look beauty a medio camino entre Audrey Hepburn y Euphoria*.
La actriz aprovechó su corte pixie, al que nunca renuncia, para darle protagonismo a su maquillaje; uno firmado por Chanel, de texturas translúcidas para conseguir un acabado natural y contemporáneo, que ilumina los puntos importantes de su tez, y que resalta la mirada con tonos marrones y tierra pero sin marcarla; con un labio natural, con efecto mordido.
Aunque, sin duda, lo más sorprendente de su estilismo son los apliques: tanto en su cara como en las uñas, las protagonistas son las perlas blancas, que nos recuerdan a los looks propuestos por la maquilladora Doniella Dovy, que ha inspirado a la Generación Z, en donde el rostro es un lienzo en el que poder jugar con libertad.
Además, sus uñas, largas pero sutiles, confirman que el maximalismo (que tuvo en Rosalía a una de sus máximas representantes) ha dejado paso al minimalismo de colores neutros, pero sin renunciar a un pequeño toque de fantasía, que ya hemos visto en las colecciones de Simone Rocha. Las joyas con pedrería completan el look beauty.
Mención aparte para el vestido de encaje, que firma Gucci, y que cumple con las principales tendencias del momento: su querencia romántica, el cuello redondo, el hombro un poco elevado, la manga al codo, la cintura entallada y el largo midi. Un estilismo que se completa con unos salones blancos, también de la maison italiana, que tan bien defiende la actriz que puede ser una de las protagonistas de la noche.
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