Gwyneth Paltrow se sincera sobre su matrimonio con Chris Martin: Nunca fuimos una verdadera pareja

Han pasado seis años desde que Gwyneth Paltrow y Chris Martin se divorciaron. Y en su caso es verdad el refrán de que el tiempo todo lo cura. Ella se casó en 2018 con Brad Falchuk, y él lleva tres años de relación con Dakota Johnson. Claro que en su caso particular no había mucho que sanar, ya que desde el momento en el que decidieron romper su matrimonio ambos han luchado por mantener una relación amistosa que está siendo todo un ejemplo para quienes creer que las rupturas solo pueden ser dolorosas.

Y precisamente de eso, de cómo lograron llegar a este estado en el que son hasta capaces de irse juntos de vacaciones con sus respectivas nuevas parejas, es de lo que Paltrow acaba de sincerarse en una carta publicada en la edición británica de Vogue en la que se sincera como nunca antes sobre su relación con el padre de sus hijos Apple y Moses.

“Estábamos muy unidos, aunque creo que nunca fuimos una verdadera pareja. Simplemente no encajábamos muy bien. Siempre había malestar y desasosiego entre nosotros. Pero eso sí, amábamos mucho a nuestros hijos”, afirma la actriz y dueña de Goop.

Después de años negando la evidencia, fue en un viaje a la Toscana por el 38 cumpleaños de Chris Martin cuando finalmente el matrimonio decidió aceptar “el implacable goteo de verdad” sobre lo que sentían el uno por el otro.

"Entre el día en que aceptamos lo que pasaba y el día en el que finalmente cedimos a la verdad, intentamos de todo. No queríamos fallar. No queríamos defraudar a nadie. Sobre todo no queríamos lastimar a nuestros hijos”, reconoce Paltrow, que se hacía constantemente preguntas como si su ex “podría seguir siendo un miembro de la familia” capaz de proteger y querer lo mejor para ella y por supuesto, al revés, ser ella la que cuidara de Martin cuando lo necesitara.

Fue así como nació el ahora famoso concepto de ‘separación consciente’, mundialmente famoso desde que ambos anunciaron que iban a intentar eso por el bien de sus hijos. “Fue una idea que nos presentó nuestro terapeuta, el hombre que nos ayudó a diseñar nuestro nuevo futuro. Yo estaba intrigado no tanto por la frase en sí sino por el sentimiento. ¿Había un mundo en el que pudiéramos romper y no perderlo todo? ¿Podríamos ser una familia, aunque no fuéramos una pareja? Decidimos intentarlo”, revela.

Y a juzgar por el resultado, funcionó. Algo que no habría sido posible sin antes ambos reconocer sus propios errores dentro del matrimonio en lugar de echárselos en cara al otro. "Este concepto es muy diferente para cada pareja pero para mí significaba sobre todo ser responsable de mi parte en la disolución de la relación", asegura.

"Existían aspectos de mí misma que estaba tratando de curar a través de esta relación yeso significaba que no estaba siendo honesta conmigo misma. Había estado ciega. Había sido muycautelosa, invulnerable e intolerante. Tenía que admitir eso y ser lo suficientemente valiente como para compartirlo con Chris”, confiesa.

“Ahora sé que mi exmarido estaba destinado a ser el padre de mis hijos y también que mi actual marido está destinado a ser la persona a cuyo lado me haré muy vieja”, concluye.

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