Se conocieron en 2001, cuando estudiaban en la Universidad de St. Andrews, en Escocia. Ocho años después, Kate Middleton y el príncipe Guillermo se dieron el sí quiero en la abadía de Westminster, adonde la duquesa de Cambridge llegó con un vestido de Sarah Burton para Alexander McQueen y una tiara halo de Cartier, que la reina Isabel II heredó de su madre en 1944.
Meses antes, el duque de Cambridge se había comprometido con Middleton durante unas vacaciones en Kenia; la gran pregunta se la hizo con el anillo de compromiso de su madre: un zafiro de Sri Lanka de doce quilates rodeado de catorce diamantes redondos. Y lo demás es historia.
En la actualidad, el matrimonio real tiene tres hijos, George, Charlotte y Louis, y se prepara para contraer el compromiso más importante de sus vidas: servir a la Corona. Antes tendrá que hacerlo el príncipe Carlos, pero en cualquier caso, Guillermo ha vuelto a demostrar durante estas últimas semanas que está a la altura.
El royal, con el resto de su familia confinada y con su hermano Harry en California, tuvo que asumir los compromisos de Isabel II así como los de su padre, que pasó unos días enfermo de coronavirus.
Ahora, para celebrar el noveno aniversario de su boda, han querido compartir una entrañable fotografía para agradecer todos los buenos deseos, en la que por cierto, se puede ver al príncipe Harry detrás de ellos. Ambos están radiantes y sus sonrisas siguen intactas, aunque haya pasado casi una década.
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