Hace unos días los tabloides británicos publicaron unas instantáneas de Iris Law (Londres, 2000) en las que practicaba footing por las inmediaciones de la residencia familiar en los Cotswolds. La modelo, que ha heredado la mirada de su padre, el actor Jude Law, no puede disimular ni en chándal que es la nueva sensación de la industria.
“La próxima Kate Moss”, dicen en alusión a su madrina, íntima amiga de su madre, la actriz e instructora de yoga Sadie Frost. Efectivamente, Iris es ahijada de la supermodelo británica más famosa de los últimos tiempos —ejerció de dama de honor en su boda con Jamie Hince— y se ha criado en Londres con el clan de Primrose Hill, el grupo de artistas más cool de los noventa, entre ellos los hermanos Gallagher, de Oasis.
Iris y sus hermanos Rudy y Rafferty Law y Finlay Munro –hijo del primer matrimonio de Sadie Frost con Gary Kemp, el guitarrista de Spandau Ballet– han recogido el testigo de forma natural. La primera vez que ella apareció en Vogue tenía dos años. "Me gusta la moda desde que soy pequeña, así que dedicarme a esto es lo más normal del mundo", cuenta. En enero acudió al pase de Fendi en Milán en su primera colaboración con la casa, que describe como "la quintaesencia del glamour italiano".
A pesar de la fama de sus progenitores, asegura que creció como cualquier otra niña. Por eso no teme a los flashes, es más: en su bolso —un Peekaboo, naturalmente— lleva siempre una cámara. Precisamente durante los desfiles perdió el teléfono móvil: “Afortunadamente, al día siguiente alguien lo dejó en mi hotel”. Lo dicho, una chica con suerte.
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