Kiko Hernández aparecía ayer por primera vez esta semana en el plató de ‘Sálvame’. Y el colaborador narraba el percance sufrido el pasado fin de semana. Un susto grande que tuvo con el coche, con el que tuvo un pequeño accidente que le dejó con el corazón en un puño durante unos segundos hasta que comprobó que sus hijas estaban bien.
Hernández iba con Jimena y Abril a un restaurante de comida rápida cuando, en un error de cálculo, su vehículo chocó por la parte trasera contra un muro. «Gracias a Dios no ha pasado nada, solo tengo un poco fastidiadas las cervicales«, decía con un tono lógico de alivio. Sobre todo, por las pequeñas.
Aunque ellas vivieron el incidente de una manera muy distinta a cómo lo hizo su padre. «Lo primero que hice fue mirar que mis hijas y me decían: ‘¡Otra vez! ¡Otra vez!’«, decía ya con cierto sentido del humor y con la voz más relajada. Dejando patente la inocencia que transmiten los más pequeños de la casa ante las adversidades.
«Ha sido un accidente, me he quedado sin coche pero me van a dar otro y ya está. Era un muro bajo y mi coche es muy alto y no lo vi. Las cámaras suelen avisar y yo aceleré y me quedé ahí», relataba sobre cómo ha quedado el vehículo, que está absolutamente inservible a pesar de que la colisión no fue a mayores.
Kiko terminaba con el deseo de que se acabe ya un 2020 en el que parece que solo recibe malas noticias. Recordemos la gran amistad que le une a Mila Ximénez, que hace unos días comenzaba el tratamiento de quimioterapia para hacer frente al cáncer de pulmón que le acaban de diagnosticar.
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