Se había anunciado a bombo y platillo. No era para menos. Estábamos ante la primera aparición de Meghan Markle en una televisión desde que se ejecutara el Megtrix y ella, el príncipe Harry y su hijo, comenzaran una vida nueva en América. Y cuando las expectativas que se marcan son tan altas, la historia suele acabar en decepción.
Así fue. La ABC estadounidense había cebado tanto la intervención de la duquesa de Sussex en ‘Good Morning America’, que la escueta duración y el hecho de que estuviésemos ante una grabación, no una intervención en directo como se esperaba, ha cosechado un buen carro de críticas. Por no hablar de que Meghan se limita a comentar su trabajo en ‘Elephant’, el documental de Disney, obviando cualquier otro tema de actualidad de los muchos que tiene en estos momentos.
«Estoy muy agradecida por tener la oportunidad de poder ser parte de esto, de poder dar vida a esta historia de elefantes. He tenido mucha suerte porque he tenido una experiencia práctica con ellos en su hábitat natural. Cuando pasas tiempo conectándote con ellos y con la vida salvaje, entiendes que tienes que desempeñar un papel en su preservación y en su seguridad», detallaba todo lo que había aprendido sobre los elefantes, algo que, a la audiencia, le importaba más bien poco…
«Estas criaturas son tan majestuosas y, al mismo tiempo, tan sensibles… En esta película uno es testigo de los recuerdos que tienen, su intensa conexión con la manada, la protección de sus crías. Creo que tienen más semejanzas que diferencias con respecto a nosotros», continuaba, antes de añadir todo lo que había aprendido gracias al acercamiento que había tenido con ellos durante la grabación del documental.
Decepcionante. Esa es la palabra que más se ha repetido en las redes sociales y en los medios de comunicación desde que se emitiera esa corta intervención, dirigida, y en la que no parece haber admitido preguntas personas. Quizás, en la línea de esa nueva política de comunicación a seguir y de la que han dejado fuera ella y su marido a cuatro diarios británicos a los que remitieron una carta para dejarles claro que rompían lazos con ellos.
Seguiremos esperando por la primera entrevista real de una Meghan que acrecienta así el interés por lo que pueda decir. ¿Estrategia o cierre de filas impoluto a su vida privada después de todo lo que ha sufrido en los meses de atrás?
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