Kate Middleton ha concedido su entrevista más íntima aGiovanna Fletcher para un episodio muy especial de su podcast Happy Mum, Happy Baby titulado La duquesa de Cambridge en los primeros años como parte de la campaña lanzada recientemente por la duquesa, 5 grandes preguntas sobre los menores de 5 años, cuyo objetivo es promover un debate sobre los primeros años de la vida del niño y cómo mejorar esa crucial etapa de la vida.
Por eso ha querido contar su experiencia como madre, sus sentimientos de culpabilidad por no poder pasar todo el tiempo que quisiera con los príncipes George, Charlotte y Louis, sus quebraderos de cabeza ajustando su agenda royal, que recurrió al hipnoparto, que sufre tremendas náuseas matutinas durante sus embarazos y que posar en las escaleras del hospital con los niños en brazos es una experiencia “aterradora”, tal y como ha recogido Daily Mail.
A post shared by Kensington Palace (@kensingtonroyal) on
Ha sido la entrevista más sincera concedida hasta el momento por la duquesa de Cambridge (y probablemente por cualquier otro miembro de la realeza), y en ella se ha mostrado como una madre cualquiera, con sus temores y sus sufrimientos por que sus hijos tengan la infancia más feliz posible dentro de las circunstancias que les rodean. Ella es consciente de estas circunstancias porque cada día hace malabares para ajustar sus deberes como futura princesa de Gales y reina de Inglaterra a las vidas de sus tres hijos y pasar el mayor tiempo posible con ellos aunque nunca sea suficiente e incluso los niños se lo reprochen alguna vez. Lo normal en una familia feliz como la que forma Kate con el príncipe Guillermo y los niños, George, Charlotte y Louis.
La maternidad es para la duquesa, que se define como una madre práctica, “un desafío constante” que hace que, desde que nacen los bebés, te “cuestiones siempre tus propias decisiones”. Lo que descrito no ha sido un camino de rosas, sino la realidad que supone ser madre de tres hijos, haber pasado por sus respectivos embarazos y sus partos. Entre otras cosas, ha revelado que sufre hiperemesis gravídica, una forma severa de náuseas matutinas que no la hace ser la embarazada más feliz del mundo, y que cuando llegó el momento del parto recurrió al hipnoparto, una terapia para afrontar el parto con menos medio y reducir el dolor (y, en principio, también la anestesia necesaria y la intervención del médico en el parto) con técnicas de relajación a la que también usó Meghan Markle para dar a luz al pequeño Archie. Pensó que podría ayudarle “la meditación y la respiración profunda que te enseñan”, que podría ser una manera de “tomar el control” ante esa situación y fue “enormemente poderoso”. Aunque también ha dicho que no se encontraba sola y que el príncipe la ha apoyado acompañándola y animándola con palabras cariñosas. Pero ella necesitaba algo más para este momento tan importante en la vida de una mujer. Además, ya sabía que el príncipe había sentido que no podía hacer mucho para ayudarla, que “es difícil para todos verte sufrir sin realmente poder hacer algo al respecto”, así que tomó sus propias decisiones.
Pero hay otras que se le escapan, como el momento en el que Kate posa junto al príncipe y sus niños en las escaleras del hospital St. Mary de Londres. La primera, con el príncipe George, vez fue, lógicamente, la peor de todas. “Fue un poco aterrador”, le confesó la duquesa a la presentadora que, sin embargo, era consciente de que compartir un momento tan feliz y especial de su familia era una muestra de agradecimiento por el apoyo y el cariño que siempre recibe. Cuando aquel día regresó a Kensington se dio cuenta de que su vida no volvería a ser nunca más como era antes de tener al niño. Quería regresar para que todo volviera “a la normalidad. Creo que con tu primer bebé crees que todo volverá a ser como era y subestimé el impacto que tuvo en nuestras vidas a partir de ese momento”.
Ha recordado su infancia, “muy divertida y feliz”, y ha agradecido a sus padres “cuánto se sacrificaron por nosotros” y reflexionado sobre lo que le gustaría que sus hijos recordaran de su niñez. Cree que le gustaría que la recordaran ayudándola con las tareas de matemáticas y con la ortografía, y aquel día que “intentamos cocinar unas salchichas en una hoguera pero no lo conseguimos porque todo estaba demasiado húmedo”, los días en la playa, los juegos con botas de agua y mojándose…Algo así representa la última fotografía que Kate ha compartido de su hija Charlotte. La hizo ella misma en su residencia de Norfolk (algunas de esta serie las compartió la duquesa por el cuarto cumpleaños de la niña), y aparece la princesa con su falda de Amaia Kids oliendo una flor. “Son momentos que significan mucho como madre” y que busca tener todos los días porque eso, “en un mundo ideal es lo que me gustaría hacer”.
A post shared by Kensington Palace (@kensingtonroyal) on
Fuente: Leer Artículo Completo