Rodeada por sus tres hermanos y a las puertas de su casa. Así aparecía Mila Ximénez por primera vez tras ese anuncio de que padece un cáncer de pulmón para el que va a requerir un tratamiento de seis meses (aunque ya ha advertido que su paréntesis en la tele va a ser más corto; que si todo va bien, en septiembre estará de nuevo sentada en el plató de ‘Sálvame’).
Mila atendía a los reporteros que la esperaba y que querían saber cómo estaba. Cómo afronta este situación. «Hoy he salido, a partir de mañana vendrá lo gordo y me quedaré en casa«, eran sus palabras, reconociendo que atendía a la prensa porque sabía que estaban haciendo guardia ante esa posible aparición tras el anuncio de la enfermedad.
«Agradezco muchísimo todo, el respeto que habéis tenido… Yo no voy a salir mucho de casa ahora, pero entiendo vuestro trabajo. Y os doy las gracias. Simplemente deciros que necesito mi espacio», sentenciaba mientras se le entrecortaba la voz fruto de una emoción inevitable.
«Estamos ahí, en la guerra, en la lucha y empezamos mañana la batalla… A ver qué pasa», continuaba antes de dar la razón a una de esas reporteras que ponía el acento en lo luchadora que ha sido siempre: «Ya, y voy a seguir así. Pero quiero que sepáis que os entiendo, que os respeto y que somos compañeros».
«Mañana empieza el tratamiento fuerte. Bueno, no muy fuerte mañana y a la otra semana o así empiezo con quimio fuerte y ya no podré atenderos mucho«, decía conteniendo las lágrimas y admitiendo que tiene mucho miedo y tener muchas ganas de ver a Alba, su hija (conócela aquí), que aún estaba arreglando la manera de venir por el tema del cierre de las fronteras con la pandemia. A partir del 22 sería cuando se produciría ese viaje para no soltar de la mano a su madre, que tanto la necesita.
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