Aguas revueltas para Omar Montes, que hacía tiempo que no se veía inmerso en una polémica de estas característas. El artista tenía que haber ofrecido un concierto este fin de semana en Fuengirola, en el marco del Festival Marenostrum. Sin embargo, minutos antes de que apareciera ante su público, se anunciaba que el evento quedaba cancelado.
¿Qué paso? Desde la organización no tardaban en señalar que había sido un comportamiento incívico, por parte tanto de Omar como de su equipo, durante la prueba de sonido lo que había llevado a que se tomara esta decisión. Entre los gestos inaceptables, el hecho de que se habían negado a ponerse la mascarilla, tal y como debe hacerse para evitar que los rebrotes del coronavirus sigan campando a sus anchas.
Omar no se ha callado. Lo primero, porque asegura que todo lo que se ha contado desde la organización, es falso. Hasta el punto que decidió invitar a un puñado de esos fans que se habían quedado sin verle actuar al chalé que había alquilado para su estancia en la localidad malagueña. Un gesto que no nos sorprende a tenor de cómo se ha comportado otras veces.
Y lo segundo, porque sostiene que fue la falta de público por una mala gestión de la organización por lo que su ‘show’ se vio cancelado. Porque no cubría para los gastos que se derivan de toda actuación, y mucho menos después de no haber visto ni un duro por parte de quienes le contrataron.
En unos vídeos publicados en sus ‘stories’ de Instagram comenzaba: «No me han pagado ni un duro. Yo soy una persona de riesgo, tengo la enfermedad de la polinosis. Me han llevado a un banco de alimentos y cuando he dado el cheque del dinero ha empezado a aparecer un montón de gente y le he dicho al organizador que no llevaba mascarilla, que ya se lo había avisado antes, cualquier persona me puede pegar algo».
«Ahora resulta que me ha dicho que han cancelado el evento por mi culpa y la realidad es que no han vendido suficientes entradas, no podían hacer frente a los gastos y no han hecho una buen promoción… Me están acusando a mí, ¡sois unos sinvergüenzas! Encima, que me he venido desde Madrid, 500 kilómetros, he dejado a mi abuela sola que estaba enferma…», continuaba Montes.
Para terminar, daba la cara por él, pero sobre todo por su equipo, sobre el que se habían vertido acusaciones muy graves: «Ninguno de mi equipo ni yo bebemos ni nos drogamos. Todos mis fans me conocen. Ya podéis buscar otra excusa». Una versión que se habría utilizado para aderezar la versión de su mal comportamiento en la mencionada prueba de sonido.
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