Desde que TVE lo hizo oficial, se ha convertido en uno de los temas de actualidad. Rocío Carrasco está de vuelta a la televisión. Pero, tal y como quedó claro en esa rueda de prensa en la que ni se dirigió a los medios de comunicación, no piensa hablar de otra cosa que no sean los asuntos propios que se traten en ese debate de ‘Lazos de Sangre’ para el que ha sido contratada.
Porque la expectación era máxima por saber si diría, aunque fuera de soslayo, algo de esos mensajes incansables de su hija desde la isla de ‘Supervivientes 2020’ para intentar un acercamiento con ella. Para lograr una reconciliación que no parece que vaya a darse en el corto plazo. Carrasco se refugia en el silencio más absoluto. En esa estrategia de quedarse muda ante las preguntas que conciernen a su intimidad.
Su hija ha copiado la estrategia. Ha sido poner un pie en España y no se pronuncia. Ayer era abordada por un reportero de una agencia para intentar sacarle un titular y solo encontraba silencio. Respondía que estaba «muy bien» ante la pregunta de si todo iba en orden. De ese regreso a escena de su madre, nada de nada.
Al menos, no de manera directa. Porque sabemos que Flores se maneja muy bien en las ambigüedades de las redes sociales, y hace tan solo un par de días mostraba una foto en Instagram (recordemos que ha contratado a una agencia para sacar un mayor rendimiento económico a esta plataforma) en familia de esas que, antaño, ofrecían la lectura de la ‘pullita’. De contar mucho sin decir absolutamente nada.
«La combi perfecta«, escribía al lado de una foto de familia. Una imagen en la que, además de sus hermanos, su padre y su novio (inseparables desde que ella ha concluido su participación en ‘Supervivientes’) está Olga Moreno, mujer de Antonio David y la figura materna a la que ha recurrido ante las ausencias de la biológica en los últimos ocho años.
Fuente: Leer Artículo Completo