La reina Sofía ha interrumpido sus vacaciones en Mallorca para asistir en Liechtenstein al funeral de Estado por la princesa Marie fallecida el pasado 21 de agosto a los 81 años tres días después de sufrir un infarto cerebral. El último adiós a la royal ha tenido lugar, tras siete días de luto oficial, en la catedral de San Florián, en la capital del pequeño principado, Vaduz, donde este sábado se ha reunido sus familiares más cercanos -su viudo, el príncipe Hans Adam II, sus hijos, Alois, Maximiliano, Constantin y Tatiana y sus nietos-, autoridades y representantes de varias casas reales europeas.
Doña Sofía, que ha asistido en nombre de la Casa Real española, se ha sentado en uno de los primeros bancos del templo desde donde hoy se ha despedido, y recordado, a la princesa. Una foto suya ha presidido el altar mayor donde sus nietos, emocionados, han rememorado lo que su abuela ha significado para ellos. En la nave principal de la catedral se ha instalado el féreto de la princesa cubierto con una bandera roja y amarilla, de la Casa de Liechtenstein, y una gran corona de flores.
El funeral de Estado por la princesa ha tenido carácter privado por la pandemia. Los ciudadanos que han querido despedirse de ella lo han hecho durante el jueves y el viernes depositando flores junto al féretro y expresando su pésame en el libro que se ha puesto a su disposición. Este sábado han podido seguir el funeral durante la retransmisión en directo a través de la televisión pública.
Tras la ceremonia, el cuerpo ha sido trasladado a la cripta de la catedral donde descansará la princesa nacida en Praga en 1940. Marie Aglaé, la cuarta de siete hijos del conde Ferdinand Carl Kinsky von Wchinitz und Tettau y la condesa Henriette von Ledebur-Wicheln, se convirtió en princesa por cosas del azar. Su familia tuvo que dejar la antigua Checoslovaquia durante la Segunda Guerra Mundial y se instaló en Alemania. Estudió Artes Gráficas, viajó a Reino Unido y Francia para aprender los idiomas y trabajó como diseñadora industrial antes de conocer al príncipe en una visita a Liechtenstein en 196. Cinco años mayor que el actual jefe del Estado (ahora tiene 76), fue él quien creyó en su amor a primera vista y logró que Marie le correspondiera.
Se casaron el 30 de julio de 1967 en la misma catedral donde hoy ha sido despedida la princesa que a lo largo de su vida como royal se involucró en distintas causas sociales -entre otras cosas, fue presidenta de honor de la Cruz Roja durante tres décadas-. La reina doña Sofía asistió al enlace como invitada. Sus caminos volverían a cruzarse años después cuando la hija pequeña de Hans Adam II y Marie, Tatiana de Liechtenstein, decidió trasladarse a estudiar a Madrid. La juventud de Tatiana y su estatus como miembro de una familia real europea -entre las más ricas, por otra parte- provocó que en España se la considerara una candidata idónea para ser novia del entonces príncipe de Asturias y quizá futura reina de nuestro país. La prensa llegó a hablar de un romance entre ellos, cosa de la que, en realidad, no hubo ninguna prueba: ninguna foto de los dos juntos, solo el hecho de que coincidían en fiestas y actos de la realeza.
Aunque hay un miembro de la familia, la tía de Tatiana, hermana de su padre, Nora de Liechtenstein, que, en cierto modo, sí estuvo implicada en un amor real. Nora estaba casada con Vicente Sartorius, marqués de Mariño y padre de Isabel Sartorius, quien se considera la primera novia de Felipe VI.
A la boda de Alois de Liechtenstein, hermano mayor de Tatiana, príncipe heredero y regente desde 2004, con Sofía, princesa y duquesa Baviera, en 1993, asistieron los tres: Tatiana, Isabel y Felipe. Cada uno había tomado ya rumbos diferentes.
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