Sabemos desde hace un mes que Lady Kitty Spencer y Michael Lewis quieren casarse, pese al número de abismos que les separan. Ella es la sobrina de Diana Spencer, Lady Di, Diana de Gales. Porque, aunque los dos se dediquen a la moda –él pertenece a una estirpe de empresarios que va por la tercera generación, ella es modelo–, sobre el papel son una pareja imposible. Empezando por la edad (él tiene 61 años y ella 29), continuando por el hecho de que Spencer es aristócrata y Lewis plebeyo, y acabando por la religión.
Porque la familia de Lady Ki es anglicana. Hasta el punto de que su primo, el príncipe Guillermo de Inglaterra, está llamado a ser Gobernador Supremo de la Iglesia de Inglaterra como futuro monarca. Y la de Lewis es judía, hasta el punto de que el millonario donó hace varios años cuatro millones de euros a la Universidad de Oxford para financiar una Cátedra de Estudios Israelíes.
Para salvar este último escollo, es Lady Spencer la que, según el Times, estaría tomando clases para renunciar al anglicanismo y convertirse a la religión de su futuro esposo. Aunque el periódico advertía que, pese a que se está tomando las clases "muy en serio" (clases que pueden llevar más de cuatro meses), aún no se sabe qué rama elegirá. El judaísmo ortodoxo tiene como tradición rechazar tres veces al gentil que desea convertirse, mientras que el reformista acoge antes a los prosélitos como Lady Kitty Spencer. La estadística suele ponerse del lado del reformismo, la opción mayoritariamente elegida de los que se convierten por amor.
Sin embargo, tampoco está muy claro hasta qué punto es necesario el procedimiento. Lewis, que es cinco años mayor que Charles, conde de Spencer, padre de Kitty,está divorciado y tiene tres hijos de un matirmonio anterior. Lewis se casó por primera vez en 1985, cinco años antes de que su prometida actual naciese.
Fuente: Leer Artículo Completo