Una de las actividades más divertidas que implica la celebración anual de los Premios Oscar es repasar los estilismos más icónicos que han pisado la alfombra roja de estos galardones. Así que una vez vistos y revistos los vestidos de esta 92 edición, desde el modelo metalizado que acentuaba las curvas de Scarlett Johansson hasta el diseño de tres pisos de Chanel que ha lucido Lucy Boynton, solo queda plantear la pregunta correspodiente: ¿cuáles recordaremos dentro de diez años?
Qué maravilloso sería afirmar que han sido muchos los vestidos destinados a integrar esa lista solo reservada a looks inolvidables; que entre tantos cortes pixie, midi y melenas ultralisas, ha sido la moda la gran triunfadora de una velada en la que sin embargo las tendencias han brillado por su ausencia y una película coreana ha sido la gran triunfadora. A galas de premios extrañas, estilismos aburridos. Así podríamos resumir lo sucedido sobre una alfombra roja de la que se esperaba muchísimo y que ha decepcionado por su perfecta corrección; por lo previsible de todos y cada uno de los vestidos que han pisado la misma.
En cualquier caso, estas 5 estrellas han conseguido lo que parecía imposible: que sus estilismos, aunque previsibles, hayan conquistado a crítica y público.
Renée Zellweger, de Armani
Sabíamos que la actriz tejana iba a llevarse el Oscar, y pasó. También sabíamos que recogería el mismo enfundada en un diseño minimalista con escote palabra de honor o asimétrico, y así fue. Y por supuesto, teníamos dos apuestas en cuanto al color del mismo: blanco o negro. Renée Zellweger ha ido vestida de Renée Zellweger. Y si algo sabe hacer Renée Zellweger –y por extensión, su estilista– es reconocer un vestido clásico y bonito cuando lo tiene delante. Punto y final.
Rooney Mara, de McQueen
Si Renée ha ido vestida de Renée. Rooney ha sido más Rooney que nunca. Esperábamos un vestido negro, romántico y de encaje, y un recogido sencillo que quizá contara con algún accesorio que captara nuestra atención. Y la novia de Joaquin Phoenix nos ha dado taza y mitad de su extraña pócima pero aún así, tenemos la sensación de que este vestido de McQueen es el menos Rooney de todos los que ha lucido en esta temporada de premios –que han sido muchos y gloriosos–. En cualquier caso, una belleza. Y también se le agradece la osadía de haberse decantado por un diseño con un escote tan complejo.
Saoirse Ronan, de Gucci
En toda alfombra roja tiene que haber un vestido que desafíe a los espectadores, que les haga pensar con calma qué opinan sobre el mismo. Y el modelo de Gucci escogido por la protagonista de Mujercitas es uno de esos vestidos. Entre tanto escote palabra de honor, cola de sirena, lentejuelas y diseños en blanco y negro que hemos visto una media de 200 veces, se agradece este soplo de aire fresco en forma de detalles tan extraños como los volantes del cuerpo inferior o la mezcla de tonalidades del vestido de la joven actriz.
Charlize Theron, de Dior
Un vestido imperial, como ella. Sencillo, de corte clásico, pero con ciertos detalles que aquí y allá lo convierten en un modelo más especial de lo que a priori parece. Hablamos, sobre todo, de ese tirante que parecía haberse deslizado sobre su hombro de manera casual pero que había sigo estratégicamente diseñado así para aportar esa nota discordante que un vestido de tamaña perfección necesita.
Margaret Qualley, de Chanel
La nueva promesa del cine quizá quemó todos sus cartuchos en la última edición de los Globos de Oro, durante la que su vestido negro de Chanel con una camelia blanca situada en medio de un delicado escote palabra de honor brilló con luz propia y dictó la tendencia que finalmente seguirían todas las actrices en el resto de alfombras rojas: minimalismo como forma de vida. Margaret Qualley ha llegado a la última y más importante alfombra roja de la temporada con cierto hartazgo de sí misma y una línea clara a seguir que en esta ocasión ni ha decepcionado ni deslumbrado. En cualquier caso, el diseño de Chanel escogido por la actriz es la perfección hecha prenda.
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