El 22 de octubre de 2018 fue casi imposible comprar unas zapatillas blancas de la marca vegana Veja. Estas sneakers ya gozaban de cierto estatus de culto entre algunas celebridades, pero no fue hasta que Meghan Markle se puso unas el día anterior en la regata de apertura de los juegos Invictus cuando el fenómeno de las V-10, como se llamaba aquel diseño, dio la vuelta al mundo. Tan deseadas eran esas zapatillas blancas con el logo de la uve en azul que incluso las Navidades siguientes fue realmente complicado encontrar tallas. Este es un ejemplo perfecto de cuando se habla del "efecto Meghan" en la moda, una influencia que trasciende las fotografías de los paparazzi y que acaba determinando ciertas decisiones de compra. Hoy, de hecho, aquel modelo sigue siendo el más vendido de la marca.
Consciente de esta atención pública y mediática, Markle ha tomado muy cuidadosamente todas sus decisiones de imagen desde que entró a formar parte de la familia Windsor. En este tiempo ha lanzado a la popularidad a marcas emergentes intercalándolas con otras de primera línea como Givenchy o Stella McCartney, y ha escogido aquellas que se adecuaran a sus valores de respeto con el medio ambiente, sostenibilidad y feminismo. Analizamos aquí algunas de las piezas que consiguió convertir en superventas.
Los zapatos del compromiso
Sus zapatos, siempre en líneas clásicas, han sido siempre uno de los accesorios más copiados en el estilo de la actriz. Una de sus firmas favoritas es la italiana Aquazzura, creada por Edgardo Osorio, y aunque el modelo que más ocasiones ha llevado es el Deneuve Bow en negro (esos zapatos con un pequeño lazo en el talón), el que convirtió en bestseller al instante fue el modelo Matilde, unos elegantes zapatos de ante en tono beige con tiras cruzadas en el empeine y 10,5 centímetros de tacón. Estos zapatos se fabrican artesanalmente en Italia.
Lo llevó en el posado oficial tras el anuncio del compromiso con Harry en noviembre de 2017 y se ha convertido ya en un icono de la firma.
La falda marrón de Massimo Dutti
Justo antes del anuncio bomba (la intención de los duques de Sussex dejar de ser miembros senior de la familia real), Meghan Markle reaparecía en enero de 2020 con un conjunto en tonos marrones en una premonitoria visita a la casa de Canadá en Londres. Llamó la atención la elección de su falda satinada, por lo bonita y por lo asequible: era de la española Massimo Dutti (costaba menos de 80 euros, ahora está rebajada a 49,95 euros) y la combinó con un jersey de la misma marca (de menos de 40 euros) y un abrigo de la diseñadora británica Stella McCartney.
Esta no ha sido la única ocasión en la que Markle ha elegido a la firma de Inditex, ya que en su siguiente aparición tras la noticia, en una visita privada a una protectora de animales en Canadá, optó por un abrigo azul marino estilo bata y en color azul marino, de la misma marca.
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Las zapatillas veganas
Las Veja ya gozaban de cierto estatus entre las marcas de moda sostenible, pero fue cuando Meghan Markle se las puso en la final de vela de los juegos Invictus en octubre de 2018, cuando alcanzaron un nuevo pico de visibilidad. Aquel modelo en concreto, el V-10, sigue siendo hoy el más vendido de la marca.
Veja es una marca creada por dos franceses, Sébastien Kopp y François Morillion, que dejaron sus trabajos en banca en 2004 para fabricar su producto favorito (las zapatillas) con dos premisas: la ecología y el comercio justo. En Porto Alegre (Brasil) localizaron a productores de algodón bio y caucho recolectado de manera respetuosa con el medio ambiente y los derechos humanos, y allí establecieron su fábrica. A las afueras de París montaron su fábrica de distribución, con una plantilla a base de personas con discapacidad o sin techo. Sus costes de producción son altos, así que decidieron no hacer publicidad. No les ha hecho falta, con sus célebres seguidores: desde la propia Markle hasta Penélope Cruz o Emmanuel Macron son sus mejores embajadores.
El bolsito especial
Uno de los accesorios más sorprendentes y bonitos de Markle son sus bolsos. Ahí es donde juega con maestría la baza del riesgo controlado: suele elegir modelos con diseños diferentes pero en la misma tonalidad de sus atuendos (o conjugado con ellos). Y cuando tiene un modelo favorito, no le importa llevarlo en varios colores. Es el caso de este bolsito de la diseñadora de origen uruguayo Gabriela Hearst, que lanzó su propia marca en 2015 y cuyas piezas son ya sinónimo de sostenibilidad, algo con lo que Markle se siente identificada. Markle ha llevado en varias ocasiones dos versiones de la misma bombonera: el Demi (que debe su nombre a Demi Moore) en un tamaño más pequeño y confeccionado en satén verde; y, el Nina, un poco más grande y fabricado en cuero marrón. En la imagen, Markle lleva esta versión en enero de 2019 en una visita a Birkenhead (Inglaterra).
Las alpargatas Castañer
En los últimos veranos la moda ha relajado las tendencias hacia un estilo más mediterráneo, de materiales naturales como el lino o el algodón, gracias al boom de diseñadores como el francés Jacquemus. En el universo del calzado esto se ha traducido en un auge de las alpargatas clásicas de cuña de yute, y ahí la marca catalana Castañer es referencia. Markle ha elegido en varias ocasiones el modelo Carina, con cintas anudadas al tobillo, y le hemos visto llevarlas en visitas oficiales más informales, como en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) combinadas con un vestido azul de Veronica Beard en septiembre de 2019, o durante su tour por el Pacífico Sur en 2018, visitando una universidad en Fiji o en la playa Bondi en Sídney.
El primer taller de la firma fue creado en 1927 por Luis Castañer y su primo Tomás Serra. Durante la guerra civil la empresa es nacionalizada y los soldados son enviados al frente con espardenyes de set vetes (alpargatas de siete cintas). Fue en los años 60 cuando, con un relevo generacional, la firma se reinventa e incorpora el color a las alpargatas convirtiéndolas en un zapato de moda. Intelectuales, artistas, actores y grandes personalidades comienzan acallar Castañer y en los años 70 la empresa alcanza un nuevo hito. Isabel y Lorenzo Castañer, al frente de la marca, conocen a Yves Saint Laurent en una feria en París y este les pide que elaboren una alpargata con cuña para su firma. Así fue como esta empresa familiar se convirtió en la primera empresa en fabricar este tipo de calzado.
El vestido-americana
Mucho se ha hablado de cómo los vestidos monocolor de largo ‘midi’ obraron la Windsorización de Meghan Markle cuando entró a formar parte de la familia real. Quizá por ello la primera ocasión en la que se saltó su propio uniforme resultó tan impactante: fue en agosto de 2018, cuando asistió con Harry a una representación de Hamilton en Londres. Markle escogió aquella noche un pequeño vestido-americana negro de doble botón, un modelo llamado “Digital Dress” de la firma Judith&Charles, que combinó con unos clásicos zapatos de tacón de Paul Andrew y que hoy sigue siendo uno de los más vendidos de la marca. “La duquesa tiene piernas”, titularon los tabloides al día siguiente, en clara referencia a aquellos titulares que acaparó Diana de Gales cuando acortó sus faldas después del divorcio del príncipe Carlos.
El vestido amarillo
Un color tan poco popular como el amarillo se convirtió en el más vendido para invitadas de boda en el verano de 2018, después de que Markle apareciera en una recepción de jóvenes de la Commonwealth aquel mes de junio. Claro que el suyo no era un vestido cualquiera (lo firmaba el estadounidense Brandon Maxwell, el primer diseñador varón que vestía desde su boda, y costaba 1.500 dólares) ni un color cualquiera, sino un tono mimosa intenso hecho en EE.UU. con tejido italiano. Lo llevó con zapatos de tacón en ante beige, los BB de Maolo Blahnik.
Las gafas de sol por menos de 100 euros
Pocas veces veremos a una royal con gafas de sol. Este accesorio suele estar reservado a sus momentos extraoficiales y quizá por ello, cada vez que Markle ha llevado unas gafas de sol se han convertido en un objeto superventas. En especial las que llevó en febrero de 2019 cuando viajó a Nueva York para celebrar con sus amigas una babyshower previa al nacimiento de Archie. Markle se protegió de los fotógrafos con un sensacional abrigo de Givenchy negro y unas gafas de sol de montura cat-eye muy hollywoodienses. Eran el modelo Air Heart, de la marca Le Specs, favorita de otras celebridades como Olivia Palermo, y tienen un precio de 69 dólares.
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