Han pasado nueve meses desde que Luis Enrique Martínez anunciara que dejaba la Selección española. El asturiano alegaba problemas personales para renunciar a un puesto más que goloso para cualquier entrenador de primer nivel. A finales del pasado mes de agosto se confirmaba que su hija, de tan solo nueve años, era el motivo.
Era el propio Luis Enrique quien, a través de las redes sociales, anunciaba que Xana, después de cinco duros meses de lucha contra el cáncer, nos dejaba. Aprovechaba para agradecer a los medios de comunicación la discreción con la que se habían comportado, preservando su intimidad y la de la pequeña.
Hoy, a las 12.30, el técnico no volvía a ponerse delante de la prensa, sino quien lo hacía era el presidente de la Federación Española de Fútblo, Luis Rubiales. ¿Para qué? Para hacer público lo que, desde ayer, era un rumor con tintes de noticia confirmada: vuelve para hacerse cargo de La Roja. Y lo hace con polémica, porque desde ‘Marca’ apuntan a que habría exigido que quien le ha sustituido hasta el momento, Robert Moreno, no se quede en el ‘staff’ técnico. Algo que Rubiales ha negado, sosteniendo, además, que Moreno ha facilitado la vuelta de su antecesor en todo momento.
Luis Enrique, pasado el duelo por el trago más amargo de su vida, recupera su puesto de trabajo. La vida debe continuar. Lo hace con un punto y seguido desde la página que se encontraba escribiendo al frente de la selección de fútbol. Ahora, solo queda que regrese por la senda del triunfo deportivo. Y que se ponga de nuevo ante esa prensa que está deseando verle de nuevo.
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