Máxima de Holanda continúa con su apretada agenda institucional, esta semana ha comenzado por desplazarse hasta la ciudad de Ámsterdam para hacer entrega del Premio Prins Bernhard Cultuurfonds 2020, un galardón de gran tradición que en esta ocasión ha recaído en el colectivo de danza ISH.
Para la ocasión, un compromiso en el que la consorte se ha mostrado predispuesta y sonriente en todo momento, la Reina de los Países Bajos ha vuelto a brillar con un estilismo de estreno en el que el estampado étnico y el tono mostaza han sido sus grandes apuestas. Con acierto, por supuesto.
Tras conquistar al público hace tan solo unos días con un diseño de efecto cuero en tono burdeos, una pieza comodín en los armarios de las royals europeas, Máxima ha elegido una original falda de corte midi y ligero vuelo protagonizada por rayas horizontales que combinan diversos estampados étnicos. Una pieza espectacular firmada por la joven diseñadora austriaca Lena Hoschek.
Para completar el estilismo, Máxima de Holanda ha optado por una blusa en delicado tono champán con cuello redondo, mangas abullonadas y pequeños pliegues en la zona delantera que pertenece a Nathan, su etiqueta de cabecera. También ha sumado stilettos de ante de Gianvito Rossi y cartera de mano, ambos en el mismo tono mostaza.
El toque final y quizás el más representativo lo encontrábamos en la elección de sus pendientes, un diseño XXL protagonizado por pequeñas piedras en tonos tierra. La Reina Máxima es una apasionada de este tipo de joyas de gran tamaño para dar aportar glamour y distinción a cualquier look, no hay más que ver sus propuestas de los últimos meses.
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