Nacho Vidal es mucho más que una estrella del cine para adultos. El actor ha sido imputado por un presunto delito de homicidio imprudente tras la muerte, el pasado julio, del fotógrafo José Luis Abad mientras participaba en una especie de terapia de desintoxicación en la que se le administró veneno de sapo. Ignacio Jordá, que es el verdadero nombre de la estrella porno, ha quedado en libertad provisional con cargos a la espera de juicio. Este solo es el último episodio de una vida llena de episodios curiosos y es que, poca gente sabe que Nacho es hijo de un reputado ingeniero industrial y que se crió entre Mataró y la localidad valenciana de Enguera. La crisis del petróleo acabó con la buena situación económica de la familia Jordá y el joven Nacho decidió alistarse en la Legión. De vuelta a Barcelona, se enamoró locamente de una prostituta y, para sacarla del mundo de la noche, se acercó a la sala Bagdad de Barcelona para que se dedicara a los espectáculos porno. Allí, comenzaron a actuar como pareja artística e inició su exitosa carrera en el cine de adultos.
Además de estrella del porno, Nacho tiene una página web en la que vende perfumes con forma de pene, lubricantes y juguetes sexuales. En el año 2012, fue detenido por presunto blanqueo de capitales pero, tras declarar ante el juez, fue puesto en libertad sin cargos. En el año 2015, en la misma edición que Isa Pantoja o Carmen Lomana, triunfó en ‘Supervivientes’ y quedó segundo por detrás de Christofer. Su participación en el reality hizo que su nombre se colocara entre los diez más buscados en Google de ese año.
En el terreno sentimental, Nacho ha tenido cinco grandes relaciones. Aunque en el terreno profesional presume de haber tenido sexo con más de 5.000 mujeres y más de 2.000 en el terreno personal, dos mujeres han marcado su vida: Michelle Anne Sinclair, Belladonna, y Silvia Romero, Franceska James, su último amor y madre de sus dos hijos pequeños Violeta y León. Nacho también tiene una hija, nacida en 2007, de su relación con Rosa Castro.
En los últimos años, además de por la noticia de que podría haber contraído el virus del VIH y la denuncia de los abusos sexuales que sufrió por parte de un médico, Nacho ha salido a la palestra para defender los derechos de su hija Violeta. El documental «Me llamo Violeta», presentado en el pasado festival de Málaga, recoge el proceso de transexualidad de su niña. Antes, Santi Anaya había escrito la novela ‘Mi nombre es Violeta’, basada en la historia de la pequeña. «De la noche a la mañana tienes a una niña en casa y lo asimilas con total naturalidad. Requiere su proceso y yo tardé dos años en hacerme a la idea del cambio. Pero un día, paseando con ella cogidos de la mano por la calle, sentí como si me diera toda su energía y sentí que tenía una hija», explicó orgulloso de su pequeña.
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