A la reina Máxima le encanta adornar su pelo. Sombreros, pamelas, tocados -tiaras, desde luego-, incluso con turbantes y boinas se ha atrevido Máxima y, por supuesto, con diademas. Antes de que Kate Middleton convirtiera la diadema en el accesorio imprescindible; mucho antes de que la reina Letizia se atreviera a ponérsela en Japón y en Londres -para la ceremonia de investidura del rey Felipe como caballero de la orden de la Jarretera quizá como guiño a la duquesa de Cambridge también allí presente-, Máxima de Holanda tenía una destacada colección de diademas.
Este viernes para asistir a los actos del 125 aniversario del sindicato CNV ha llevado una maxi diadema a juego con un traje de chaqueta y falda rosa pastel del diseñador holandés Claes Iversen, uno de sus favoritos. Un conjunto -diadema incluida- que la reina de Holanda estrenó el pasado mes de octubre para visitar a la reina Isabel II en el palacio de Buckingham durante la visita de Estado que hicieron los monarcas holandeses al Reino Unido. Solo ha cambiado los pendientes -ahora unos pequeños en lugar de los espectaculares en forma de lágrima que llevó en Londres- y ha suprimido el broche de la chaqueta para un acto menos solemne que el británico. Pero ha mantenido intacta su diadema rosa de raso con pequeñas incrustaciones de pedrería.
Estas son algunas de las muchas diademas con las que se ha tocado Máxima Zorreguieta.
Con redecilla
El mes pasado, para recibir en La Haya al presidente de Polonia Andrzej Duda y su pareja Agata Kornhauser-Duda optó por esta diadema con redecilla negra que la combinó con un abrigo rojo muy intenso.
Negra
El pasado mes de mayo, optó por esta original diadema negra para un viaje a Alemania junto al rey Guillermo. El accesorio perfecto para su llamativo traje rosa.
Dorada y de flores
Con la gran duquesa María Teresa y el rey Guillermo visitó el año pasado la reina Máxima la Universidad de Luxemburgo. Para la ocasión escogió esta bonita diadema floral dorada que recordaba a una de sus fabulosas tiaras.
Su favorita: circular
Este es, sin embargo, el formato que más convence a la reina holandesa: una diadema redondeada que a veces llega a ser un círculo perfecto y que le permite recoger su pelo en una coleta baja, como en este caso.
Parecida es esta doble diadema que eligió para uno de los días de la visita de los reyes a Estados Unidos en 2015.
La más especial
A Caracas llevó en 2013 esta singular doble diadema de satén de color champán.
Es, sin duda, una de las más especiales (o la más especial para la reina) porque fue la que llevó en el bautizo de la princesa Ariane en 2007.
Aún no eran tiempos para que Kate Middleton inspirara a una todavía princesa holandesa, que quizá miraba a otras royals que, como Zorreguieta, jugaron a adornarse de una y mil formas. Lady Di o Carolina de Mónaco las llevaron en los 80 -se cree que Stefano Casiraghi, o Karl Lagerfeld, regaló una a la princesa monegasca que ha recuperado, en parte, su hija Carlota para su boda religiosa con Dimitri Rassam- y dos o tres décadas antes que ellas, Grace Kelly. El eterno referente.
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