Era el primer viaje de los Monarcas acompañados por sus hijas, dentro de la inmensa gira que desde hace semanas les lleva por todo el país. El destino elegido para esta salida familiar fue Mérida. También ha sido el primer viaje en que los Reyes han pasado la noche en su destino, ya que el acto principal de esta salida a Extremadura era el estreno de “Antígona”, en la noche del miércoles 22.
El jueves 23, a media mañana, los Reyes abandonaban el Parador de Mérida y se despedían de la ciudad. Frente a la fachada del Parador, los vecinos esperaban la salida de la Familia Real. Se oían vivas, buenos días y aplausos. Felipe VI se acercó a darles las gracias y saludarles con la mano, sin contacto. Todos llevaban mascarillas: los Monarcas, sus hijas y los vecinos. Una señora, muy sonriente, le preguntó a Leonor “¿Qué tal Mérida? ¿os ha gustado el teatro? A repetir… Muchas gracias por la visita”.La Princesa, con los ojos, daba muestras de gratitud, mientras saludaba.
Esto de los saludos sin contacto y con la mascarilla puesta ha exigido una nueva forma de lenguaje corporal social para mostrar agradecimiento. Los Reyes suelen utilizar una fórmula espontánea, que transmite sinceridad y afecto: llevarse una mano al corazón al tiempo que asienten con la cabeza.
Doña Letizia cambió de inspiración. Dejó los vestidos vaporosos y creó un estilismo minimal con el chaleco de tweed de Zara como protagonista. Su hija mayor llevaba el vestido negro de Mango que ya vimos el año pasado; y Sofía, unos pantalones azules marinos básicos de Massimo Dutti.
El día anterior fue intenso. La noche de los Monarcas, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía en Mérida fue una noche de teatro, cultura y museo. La agenda de actividades comenzó en el Museo Nacional de Arte Romano. La Familia Real estuvo acompañada por el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes; y por la directora del museo, Trinidad Nogales, que se encargó de guiarles por el centro.
Después, Felipe VI, Letizia y las niñas accedieron a pie al Teatro Romano y se instalaron en la tribuna de honor. Allí fueron recibidos con aplausos y vivas, una cálida bienvenida para una noche de intenso calor en la ciudad. Doña Letizia y sus hijas no se separaron de los abanicos durante la representación teatral de “Antígona”. El Festival de Teatro Clásico de Mérida es el más antiguo de los que se celebran en nuestro país.
Para su cita con la cultura, la Reina rescató de su vestidor un diseño de Poète, que ya habíamos visto. Se trata de un vestido de tirante ancho, con mini estrellas inspirado en el firmamento. Combinó el conjunto con alpargatas negras de plataforma de Macarena Shoes con aplicaciones de flecos. Me fijé en que doña Letizia lució el mismo look a su llegada a la capital extremeña que en el estreno de teatro. O sea, una elección de estilo dos en uno: vestido versátil para viaje y para evento. Cuando los Reyes llegaron a Mérida, al Parador, rondaban los 21:00 de la noche, poco antes del anochecer. A las 22:00 recorrían el museo y sobre las 23:00 accedieron al teatro. No había tiempo para cambios de look.
Leonor y Sofía lucieron unos mini vestidos de Zara monísimos. La princesa, uno floral. Yo adoro las flores. Y Sofia, un baby doll blanco, que estrenó en junio en los Teatros Canal de Madrid. Mientras los medios esperábamos en la calle Cea Bermúdez la llegada de la Familia Real, ya comenté cuando lo vi que me pareció un amor de vestido.
Dentro de la gira autonómica de los Reyes por España, este viaje fugaz a Mérida tuvo un marcado protagonismo cultural, con la visita al Museo de Arte Romanoy el estreno de “Antígona”, en la inauguración del Festival de Teatro Clásico de la capital extremeña. Dos pasiones, el arte y el teatro, que los Reyes quieren inculcar a sus hijas.
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