Pippa Middleton se lo ha montado mejor que Kate Middleton (y mucho): tiene fortuna propia, palacete, conseguirá un título y todo esto sin aguantar a la prensa rosa (y sin pelearse con nadie)

Pippa Middleton no es duquesa ni falta que le hace. Al contrario que su hermana Kate, futura reina de Inglaterra y madre del heredero al trono británico, la hermana pequeña de la duquesa de Cambridge parece que se lo ha montado mejor que la mayor de los Middleton, o al menos se ha ahorrado muchos de los problemas que esta sufre por ser la mujer de un Windsor. Educada en los mismos círculos exquisitos y colegios privados que su hermana (por obra y gracia del esfuerzo de su madre Carole Middleton), Pippa cuenta ahora mismo con una fortuna ganada por ella misma, su propio título nobiliario a la vista y un palacete propio en el barrio más exclusivo de Londres además de una familia de postal compuesta por un marido adinerado y dos preciosos hijos (un niño y una niña a la que caba de dar a luz).

Cómo ha conseguido Pippa Middleton todo lo que tiene (y con discreción)

Hasta ella misma se sorprendió cuando la foto de su trasero envuelto en un vaporoso vestido de Alexander McQueen le robó protagonismo a su propia hermana el día de su boda. “Es un poco sorprendente lograr el reconocimiento mundial (si esa es la palabra correcta) antes de los 30 años, gracias a tu hermana, tu cuñado y tu trasero”, escribió en el prólogo de su libro sobre cómo montar una fiesta con clase por el que se embolsó más de 450.000 euros.

Con esta experiencia en el centro de atención, y viendo cómo le ha ido a su hermana con la prensa británica y la presión de los medios. Pippa Middlenton se ha pasado la vida eludiendo los focos y aprovechando la fama de ser la “hermana de” de una manera envidiable. Por un lado ha conseguido amasar una fortuna propia valorada en casi un millón de euros gracias a sus empresa de organización de eventos más lo que le reportó su incursión editorial en distintas cabeceras británicas por las que llegó a facturar más de 200.000 euros en solo un año.

Pero lo mejor es que Pippa Midleton se casó en 2017 (justo el año en el cerró su la empresa que usaba para sus proyectos editoriales) con su propio “príncipe” de perfil bajo y vive su vida con mucha más tranquilidad que ningún Windsor. El elegido fue James Matthews, expiloto, aristócrata. jefe de la escudería de fórmula 1 de Williams, gestor de fondos de inversión y, en definitiva, rico.

Gracias a su boda con Matthews Pippa puede presumir, si quiere, de vivir en un cuasi palacete de cinco pisos valorado en 22 millones de euros en el lujoso barrio de Chelsea en Londres y de estar a solo un paso de conseguir su propio título nobiliario, eso sí, escocés, que es más exótico. Su marido es el hijo del Laird escocés de Glen Affric, por lo que cuando su suegro muera Pippa no solo será dueña de una finca de una extensión de más de 400.000 metros cuadrados a 20 km del Lago Nes, sino que podrá ser llamada la Muy Honorable Señora Glen Affric a partir de entonces.

No es un ducado, pero estamos seguros de que en este momento por no aguantar el huracán de Meghan Markle y la polémica del racismo de la casa real británica la duquesa de Cambridge también se conformaba con ello.

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