Soraya Arnelas: "Tuve una relación muy tormentosa con una pareja muy tóxica"

Es la única superviviente, junto a Edurne, de los 16 que se presentaron en su edición de ‘OT’. Supo que era una carrera de largo recorrido y ahí sigue sorprendiéndonos en cada paso. Ha trabajado muchos estilos y ahora se encuentra en un momento inmejorable en lo personal que refleja en sus canciones y en el disco que sacará en primavera. Soraya acaba de dar a conocer el segundo sencillo: Gimme de tu amor. Una canción que dedica a su padre y que forma parte de una biografía cantada que se llamará Luces y sombras. Charlo con ella de su momento, de sus temores y de sus éxitos. Y de la boda que está por llegar. El anillo ya está en casa.

Hoy Corazón Muy fresco este Gimme de tu amor.

Soraya Eso he intentado. Es la última canción que he sacado y, aunque parezca muy sencilla, está llena de simbolismo. Está dedicada a mi padre que es pintor de casas, de los de brocha gorda. Hay una frase en la canción que dice «Pintas de color mis días y mi corazón» y luego habla de los vinilos y los casetes con los que mi padre me dejaba jugar cuando era pequeña. Ahí empecé a tener contacto con la música. Es una canción muy emocional.

H.C. No has querido olvidar con esta canción el estilo ochentero.

S. No. Sobre todo en el vídeo porque está inspirado en Grease o La la land. Es un giro al pop más fresco de esa época. La música electrónica la he preferido dejar a un lado ahora y me acerco más a los 80 e incluso a los 60.

H.C. ¿Formará parte de un disco?

S. Sí. Se llamará Luces y sombras y pretendo sacarlo en primavera. Está dividido en canciones de baile, rítmicas y positivas —las luces— y otras que son más baladas y que hablan de mi vida personal —las sombras—. Cosas mías que nunca había contado y a las que ahora me he atrevido a poner letra y música para compartirlas. Esto es novedoso porque yo ni cantaba balada ni hablaba de ciertos temas comprometidos y privados. Es muy autobiográfico todo. Pretendo abrirme a capítulos de mi vida que no he compartido hasta ahora.

H.C. Siempre te he tenido como una persona risueña y positiva. ¿De verdad hay sombras tan comprometidas?

S. No han sido pocas las veces que he tenido que subirme a un escenario con una sonrisa en la cara estando mal por dentro. Las canciones lo cuentan. Por ejemplo, yo tuve una pareja muy tóxica hace muchos años y fue una relación muy tormentosa. La parte positiva es que fue la persona que me animó a presentarme a OT. Ahí me cambia la vida. Empecé a grabar, a viajar, a hacer giras y a no parar. El que era mi pareja no era lo que más me convenía. No era un amor saludable. La música me salvó de una situación conflictiva. Los amores llevados al límite no son buenos. Este capítulo de mi vida lo comparto cantando Rompecabezas con Chenoa en el álbum.

H.C. Pero, ha pasado mucho tiempo.

S. Es que era necesario ver ciertos capítulos de mi vida con perspectiva y con distancia. Necesitaba ser valiente para enfrentarme a según qué temas.

Cuando salí de ‘OT’ me obsesioné y eso me separó del mundo. Trabajaba día y noche

H.C. Y ¿qué hay de las luces?

S. Las luces llenan el álbum y mi vida. Mis padres, mi marido, mi hija, Manuela…

H.C. ¿Es el inicio de la carrera de Manuela?

S. (Risas). El inicio no sé, pero es cierto que tengo el privilegio de poder decir que mi hija canta conmigo uno de los temas. Contaré hasta diez es una nana que compuse hace años y que mi hija canta mucho en casa. Ahí fue cuando pensé que sería bonito ir al estudio a ver si le apetecía jugar a grabar algo. A ver cómo quedaba. Mucha gente me dice que le gusta cómo canta. Ella lo tiene normalizado porque me ve continuamente en casa con vestidos, pelucas, luces y cantando. Por ahora dice que quiere ser médica y me haría ilusión poder decir que mi hija es doctora. Aunque es pronto. (Risas).

H.C. ¿Tu pareja también tiene canción en el disco?

S. Por supuesto. Es una de mis luces como te he dicho. Se llama Eclipse y habla de dos planetas que son muy diferentes, muy lejanos y muy diferentes, pero que cuando se juntan crean algo nuevo y maravilloso. Él me ha dado algo que no tenía. Siempre he sido muy perfeccionista y él me ha hecho recuperar algo que me faltaba: la naturalidad. Se nota que es sevillano. Es un tío perfecto en todos los sentidos y espero casarme en un año o dos máximo. El anillo ya lo tengo. Me lo dio un día de Reyes por la mañana con mi hija durmiendo con nosotros en la cama. ¿Entiendes por qué Eclipse es una de mis canciones preferidas? (Risas).

H.C. ¿Solo hay canciones para los buenos?

S. Hay una canción que es una luz, pero es para los enemigos. (Risas). Para toda esa gente que también ha formado parte de mi carrera y que me pusieron las pilas, no siempre de buena manera. Se llama Pa ti, pa ti, pa tá y habla de cómo una se crece ante las circunstancias y los que vienen a atacarte en una guerra. «Ten cuidado que tienes el lobo detrás», dice.

H.C. Este disco es como una terapia.

S. Es que yo siempre he querido quedar bien con todo el mundo y he aprendido con los años que eso es imposible. Han ocurrido cosas que me han dolido y que me han decepcionado de compañeros de trabajo y de esa gente que te recrimina cosas sin saber cuál es la situación. Mi madre decía que si una se porta bien con la gente, la gente devuelve lo mismo. Y no siempre es así. A esos lobos del camino les digo con esta canción que ahora la loba soy yo y que estoy justo detrás.

H.C. Has tenido muchas polémicas. ¿Eres de entrar o de pasar?

S. No, no. Yo me enfrento cuando considero que es injusto que te pongan de vuelta y media por irte a cenar con tu marido seis días después de dar a luz. Si se cruza la línea, salto. Las redes sociales son como mi casa, entra quien viene de buenas. Si la intención es hacer daño y crear un ambiente tenso, la puerta de esa casa se cierra. La gente pública tiene derecho a tener voz y voto. Acepto las críticas siempre que no falten al respeto. No soporto la mala educación.

H.C. ¿Quiénes están reflejados en este disco casi autobiográfico?

S. Hay una sombra que no es triste, pero que sí es muy privada mía. Le he escrito una canción a los ángeles de la guarda. Soy creyente y muy espiritual. Mi hija reza cada noche a los ángeles de la guarda, como yo hice gracias a mi madre. A mí me han ayudado mucho y por eso les dedico una canción que canto con Samo de Camila. También hay otra canción que tiene una historia muy importante.

H.C. Cuenta, cuenta.

S. Se llama La promesa. Dentro de mi familia hubo una traición que le costó mucho a mi abuela Esperanza. Mi abuela fue encarcelada en Marruecos y se comunicó con sus hijos a través de cartas que nunca llegaron ni a mi madre ni a mis tíos. Ellos siempre pensaron que su madre no les quería y crecieron pensando que les abandonó. Y no fue así, alguien de la familia lo evitó. Además, estoy escribiendo un libro sobre esto que se publicará pronto. Necesitaba hacer justicia a la historia de mi abuela.

H.C. Volvamos a la música. Jon Secada me habló maravillas de ti

S. Y yo no puedo sino hablar maravillas de él. Es un maestro y maestro de maestros. A pesar de ser quien es y del éxito mundial que ha tenido, es una persona muy natural y cercana. Grabamos juntos Por si no vuelves después de que él viniera a nuestro país. Quería hacer una gira y buscaba alguna canción para volver a España. Le mandé esta que es una historia que me pasó con un ex y le encantó. No esperaba cantar con él, pero me lo propuso cuando escuchó el tema y la grabamos en Miami. Un sueño.

H.C. Siempre te ha gustado mucho todo lo que tenga que ver con los 80, aunque no sea tu generación musical.

S. Es por mi padre. Me crié oyendo su música: Dire Straits, Police, Mecano o Supertramp. Mi madre era más del rock duro de Leño, por ejemplo. Siempre ha sido más punky. De Brummel y vaqueros Rangler de pitillo. Son una referencia para mí. Llevan toda la vida juntos y no están casados. Y ahora me toca a mí. Te reconozco que me impone.

H.C. Hiciste algún disco de los 80, ¿tocará revisar ahora los 90?

S. Me lo proponen mis seguidores de vez en cuando, pero la música electrónica ya es una etapa de mi vida que pasó. No habrá disco de canciones de los 90.

H.C. ¿Ser tan perfeccionista es una virtud o un problema?

S. Era la única opción para poder salir del pueblo. Yo vengo de una familia humilde donde no sobraba el dinero. Mi padre pintor y mi madre no trabajó hasta hace unos años. Dedicarme al 100% a lo que quería hacer y buscar la excelencia era la única manera de prosperar y crearme una carrera.

H.C. ¿Te han hecho mucho daño en tu carrera?

S. Pues debo confesarte que ha habido capítulos de mi vida en los que sí. Pero cuando me han dado caña lo he convertido en oportunidad. Recuerdo la polémica del ‘Poyeya’. Una actuación en la que pronunciaba así porque colocaba las ‘y’ de una manera diferente al cantar en inglés y en esta canción, que era en español, pues salió así. Al principio no entendía qué pasaba, pero luego me di cuenta de que fue una promoción magnífica para mí. Me sigue pasando con algunas palabras.

H.C. ¿Qué te ha dado y qué te ha quitado Operación Triunfo?

S. Me ha dado todo y no me ha quitado nada. Como te comentaba me salvó de una relación muy tóxica. Sería muy injusto si dijera que OT me ha quitado algo. Bueno, me quitó un problema. (Risas). No soy de las que se molestan si me dicen que soy una ‘triunfita’

H.C. Leí que decías haber perdido la sonrisa durante algún tiempo.

S. Cuando salí de ‘OT’ me aferré tanto a la oportunidad que me obsesioné en buscar mi espacio en el sector. Me metí demasiado, perdí peso y me perdí en el trabajo. Eso me quitó muchos momentos y me separó del mundo porque trabajaba día y noche. Fue mi madre la que me avisó de que estaba perdiendo la sonrisa y mi forma de ser.

H.C. Era lo que había. De tu edición no triunfaron muchos, ¿verdad?

S. De la mía, Edurne y de la siguiente, Pablo López. Poco más. Del resto sé poco porque el contacto se va perdiendo. Sé que algunos están en musicales, pero poco más.

H.C. ¿Qué mensaje le das a los nuevos concursantes que acaban de entrar en la Academia de ‘OT’?

S. Dos cosas. Una, que no pierdan su esencia. Y dos, que aprovechen el tiempo que les toque. Sea el que sea. Son unos privilegiados por haber sido elegidos entre tanta gente. Yo siempre he intentado ser humilde y de las discográficas me decían que para triunfar había que ser más estrella. Dentro de la música, a veces ser muy accesible no es tan bueno. Creo que deben centrarse en hacerlo lo mejor posible, el resto llega.

H.C. ¿Cobraste finalmente lo que te tocó en la Lotería del Niño?

S. (Risas) ¡Vaya lío se montó! Es que puse en redes que me había tocado la Lotería y no encontraba los boletos. Era verdad, pero aparecieron al momento en un azucarero que me regaló mi tío José. Y, aunque el titular pueda llevar a equívocos, me tocaron 40€. (Risas). Los tengo que cobrar aún.

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