Ana Obregón ha puesto en valor que, en los últimos tiempos, el papel más complicado que ha tenido que librar es el de madre. También el que menos le ha costado, porque el amor por un hijo es incondicional. Hace dos años, cuando a Álex le detectaron el cáncer, ella paró toda su vida. Incluido su trabajo. Ana se bajó de las tablas, hizo las maletas y acompañó hasta Nueva York al joven.
Ahora, en medio de recaídas y de visitas intermitentes a la Clínica Ruber Internacional, Obregón encuentra el respiro que, seguramente, le pedía el cuerpo: regresar a la interpretación. La obra se llama ‘Falso directo’ y comparte cartel con otro clásico de la televisión de los 90, Andoni Ferreño.
Con toda la ilusión, Ana vuelve al trabajo con un personaje que ha sido escrito para ella. Un aliciente más para sentirse a gusto. Eso sí, según recoge ‘Jaleos’, Obregón muestra una alegría contenida y, por lo que pudiera pasar con la salud de su hijo, ha pedido que no se cierren demasiadas fechas de la gira. Prefiere ir poco a poco y añadir según se avance en el calendario.
Pero este regreso supone un rayo de sol en medio de esa tormenta a la que ha hecho frente junto a su hijo. Mano a mano. La misma contra la que seguirán luchando mientras aprovecha cada intervención pública para pedir que se siga invirtiendo en investigación contra el cáncer.
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