Cualquiera imaginaría que la infancia de la hija del cantante Lenny Kravitz y de la actriz Lisa Bonet fue un cuento de hadas. Pero Zoë Kravitz ha confesado en una entrevista a Elle USA que más bien fue una historia de terror, porque la que hoy es una de las modelos más cotizadas del mundo de joven se sentía un patito feo.
Zoë Kravitz tenía 11 años cuando se mudó de Nueva York a Miami para vivir con su padre. Allí empezó su martirio: no encajaba en el prestigioso colegio en el que se matriculó. La mayoría de chicas eran blancas, rubias y esbeltas. El color de su piel y su melena rizada la desterraban de aquel grupo de jóvenes que encarnaban la perfección. “Yo era una adolescente normal. Un poco llenita, con alguna espinilla y aficionada a los jerséis”, recuerda. La belleza estándar que la rodeaba, la acomplejaba y no solo en el colegio.
Y es que en casa la cosa no mejoraba. Además del permanente ejemplo de su preciosa y delgada madre, Zoë tuvo bellas “madrastras” deambulando imponentes por su hogar. La actriz recuerda que Nicole Kidman, con la que ha trabajado en Big Little Lies, fue en secreto novia de su padre. Y ver aquel bellezón en su casa, la ponía de los nervios. “Fui una adolescente malhumorada con ella”, confiesa. Por suerte, el tiempo puso las cosas en su sitio y ahora la considera una hermana.
Pero sin duda la que más le marcó fue la modelo Adriana Lima. “Hizo todo lo posible para ser amable conmigo, pero no le di la oportunidad. No me gustaba porque era tan perfecta… era todo lo que yo no podía ser”, reconoce.
A los 15 años, Zoë odiaba la imagen que le devolvía el espejo con tanta inquina, que acabó padeciendo bulimia. Para que sus padres no descubrieran lo que le ocurría, se mudó a Nueva York. Pero finalmente, estos se dieron cuenta de lo que le sucedía y consiguieron que hiciera una terapia.
Durante 10 años luchó contra la bulimia y, ahora, con 31 años ha dejado atrás aquel infierno. Además de ser una de las modelos más valoradas del momento, tiene una prometedora carrera como actriz. Ese año, sin ir más lejos, la veremos enfundada en cuero, dando vida a Catwoman y llevando de cabeza a Robert Pattison que interpretará a Batman. Una gran triunfo para el patito feo que por fin ha descubierto el cisne que llevaba dentro.
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