Ni casco, ni porra, ni escudo, ni pistola. La primera imagen de Antidisturbios son los ojos inteligentes de una mujer jugando al Trivial en familia. Desde esa primera escena, en una magnífica presentación de personaje, Laia, interpretada por Vicky Luengo (Palma de Mallorca, 1990), te imanta. Quieres saber más de alguien que no transige un ápice con las trampas y que no rehúye el conflicto en busca de la verdad. ¿Quién es Laia Urquijo? Una menuda y vivaz policía de Asuntos Internos que investiga la muerte de un inmigrante negro, en un desahucio que se complica, a cargo de seis antidisturbios que por ello se ven enfrentados a una acusación de homicidio imprudente. Son: Osorio (Hovik Keuchkerian), Alexander Parra (Álex García), Diego López (Raúl Arévalo), Úbeda (Roberto Álamo), Elías (Raúl Prieto) y Rubén Murillo (Patrick Criado). Seis hombres que comparten un furgón, el Puma 93, donde sus variopintas personalidades conviven. Y será Laia quien las desentrañe para el espectador, una a una, con el largo plazo siempre en la cabeza, resume Isabel Peña (Zaragoza, 1983), cocreadora de la serie junto a su director, Rodrigo Sorogoyen. “Laia es monolítica en su implacable búsqueda de la verdad. Y eso tiene algo de soberbia moral y de infantilismo”, destaca.
Mujeres inspiradoras
Cita el personaje de Emily Blunt en Sicario (2015), “una de las películas que más he visto y que me encanta, como muy paradigmático de alguien pequeñito envuelto en algo muy grande”. ¿Una persona épica y cotidiana a la vez?. “Exacto. Esa es Laia. Que en su doble vida policial tiene que ir a un chino a comprar desodorante, o se olvida de depilarse las cejas. Lo que la hace excepcional son las circunstancias, no ella, salvo cuando tenga que demostrarlo: ahí es cuando rompe, en el último capítulo, el seis”.
Y prosigue la guionista con otros personajes femeninos que la inspiraron: “las dos protagonistas de la serie Oficina de Infiltrados (Marie-Jeanne, interpretada por Florence Loiret Caille, y Marina, por Sara Giraudeau), mujeres en mundos de hombres, brillantes pero no perfectas, que se equivocan y por lo tanto aprenden, y que cuando llega el momento tienen que demostrar y demostrarse si están a la altura de las circunstancias. Y lo están, aunque pierdan cosas por el camino”. No puede resumirse mejor la evolución de Laia en esta producción que marca un hito en el certamen de San Sebastián, su trampolín de salida.
Acción, reacción
“Es una serie con mucha testosterona”, dice la actriz protagonista, Vicky Luengo, “porque el mundo de los antidisturbios tiene mucha testosterona. No se ha decidido por guion que todos los antidisturbios sean hombres: es una realidad. Lo que me interesa especialmente de la serie es que hay seres humanos en los personajes, cuenta vidas de una manera muy profunda, bien construidas, y el espectador podrá engancharse al thriller de acción con ellos [los antidisturbios], o al thriller de investigación con ella [Laia, su personaje], pero en el proceso podrá seguir las vidas de todos. Hay más mujeres en Antidisturbios. Ella quiere ser como Diana (Mónica López), su jefa, con esa soltura, esa elegancia, que se merienda a los tíos por teléfono; ella aspira a eso”, explica Peña.
A lo que Luengo añade: “Estoy harta de ver que las mujeres con poder no pueden ser femeninas, cuando la feminidad está en todas, no solo en las que visten con tacón. Y es esta mujer a la que Laia admira mucho. A medida que avanza la serie, mi personaje va teniendo más claro que quiere ser como su jefa”. Para la actriz, “no hay ninguna mujer en esta serie que no tenga entidad. Yo no pretendo que todas las mujeres que aparezcan en todos los proyectos sean fuertes, porque sería algo irreal, pero sí quiero que tengan consistencia. Y aquí todas son mujeres con entidad, con decisión, con valores, que no dependen de la figura masculina para actuar, empezando por Mona Martínez [interpreta a una jueza], acabando por Marta Poveda [Marian, antidisturbios que mantiene una relación con uno de sus compañeros] y pasando por Iria del Río [pareja del personaje de Álex García]. No veo a ninguna mujer en la serie bailándole el agua al hombre porque sí”.
Lo que sigue, y para terminar, es una apología en toda regla, en boca de una actriz, de la labor de guion y de la complicidad de un director: “He leído muy pocos guiones como los que han escrito Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen y Eduardo Villanueva: cargados de background, de pasado, donde todo pasa por debajo”, dice Vicky Luengo. “Se le da muy poca importancia en este país a los guionistas, tienen muy poca visibilidad, y sin un buen guion el proyecto no va a ninguna parte. Hay mucho de Isabel en Laia; Isabel me ha inspirado: su mente, su manera de trabajar, de hablar, su inteligencia. Le he robado cosas que ella no sabe muy bien que se las le he robado. Y hay un capitán de barco inmejorable que se llama Rodrigo Sorogoyen”.
Vía: Fotogramas ES
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