Durante los últimos años el estudio de estas bacterias ha cobrado especial interés debido su implicación en el desarrollo y la prevención de múltiples patologías. Incluso se ha llegado a relacionar la microbiota con cambios en la composición corporal. Es decir, que las bacterias que viven en tu intestino podrían estar influenciando en tu predisposición a ganar o perder peso.
La importancia de la microbiota en la salud
Mantenemos con las bacterias de nuestro intestino una relación de simbiosis en la que ambas partes salen beneficiadas: ellas se alimentan de la fibra que nosotros no podemos digerir y, a cambio, producen ácidos grasos de cadena corta que sí podemos usar como energía. Uno de estos ácidos grasos es el butirato que, además de ser fuente de energía, nos protege contra enfermedadescomo el cáncer de colon. Además, una microbiota sana ejerce de barrera directa contra el ataque de otras bacterias patógenas.
Podríamos decir que la microbiota intestinal funciona como un órgano más de nuestro cuerpo. No obstante, existen también otras funciones quizás menos conocidas y estudiadas. Por ejemplo: la alteración de la microbiota intestinal está estrechamente relacionada con la inflamación de los tejidos y con una amplia gama de anomalías metabólicas, como la obesidad o la resistencia a la insulina.
Cuál es el papel de la microbiota en la obesidad y el control del peso
Está bastante bien documentado que la obesidad modifica tu microbiota. No obstante, lo más interesante es que existe una relación bidireccional entre microbiota y obesidad. Diferentes estudios en ratones han demostrado que cuando un sujeto “delgado” recibe la microbiota de un sujeto con obesidad, engorda. En cambio, cuando recibe una microbiota “sana”, adelgaza.
Aunque estos estudios se hayan realizado en ratones, abren una línea de investigación más que prometedora. De hecho, en humanos existen estudios en los que se ha observado que los niños que nacen por cesárea (menor exposición a microorganismos y microbiota más pobre) parecen tener mayor riesgo de padecer obesidad.
Todavía no tenemos la “receta” de la microbiota intestinal perfecta que nos ayude a adelgazar, pero parece que existen algunas bacterias que son especialmente interesantes:
– Lactobacillus Gasseri: un estudio en humanos demostró su efecto positivo sobre la pérdida de peso.
– Lactobacillus Rhamnosus: un estudio mostró efecto beneficioso de esta bacteria, pero, curiosamente, sólo en las mujeres.
– Otros como Lactobacillus Paracasei y Lactobacillus Plantarum (solamente probado en animales).
¿Cómo mantener sana tu microbiota?
La microbiota es diferente en cada persona y varía a lo largo de la vida. Esta es una de las razones por las cuales seguramente no exista una única “microbiota perfecta”, sino que diferentes combinaciones pueden ser compatibles con la salud.
No obstante, existen ciertas acciones que podemos emprender para mantener sana nuestra microbiota:
1. Hacer un uso responsable de los medicamentos, especialmente de los antibióticos.
2. Controlar el estrés: un exceso de estrés impactará de forma negativa en tu sistema digestivo y tu microbiota. Además, el estrés mal gestionado puede contribuir al aumento del peso, por lo que merece la pena prestarle atención.
3. Hacer deporte: el deporte es bueno para todo, incluso para tu salud intestinal.
4. Alejarse de los alimentos ultraprocesados: estos alimentos, además dañar tu microbiota, no son una buena elección cuando tratamos de controlar nuestro peso.
5. Consumir alimentos probióticos (ej. yogures, kefir, chucrut, kombucha, etc.).
6. Consumir alimentos prebióticos que sirvan de sustento para nuestras bacterias.
Exista relación real o no entre microbiota y control del peso, estas acciones te ayudarán a cuidar de tus bichitos y, con mucha probabilidad, a mantener un porcentaje de grasa saludable.
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