Mientras Meghan Markle y el príncipe Harry siguen lidiando con las polémicas en Reino Unido (desde si acudirán a la coronación de Carlos III el 6 de mayo a su desalojo de Frogmore Cottage), en California siguen disfrutando de su vida en familia y de salidas con amigos y en pareja a algunos de los lugares más exclusivos de Los Ángeles. Y uno de esos lugares que ha seducido a Meghan y Harry es el Polo Lounge del Hotel Beverly Hills, un establecimiento cargado de historia que con la presencia de los duques de Sussex agranda su leyenda.
El Beverly Hills Hotel, también conocido como Pink Palace, era uno de los lugares favoritos de los famosos en la época del Hollywood dorado. Más allá de sus lujosos bungalows, salones y piscina, les encantaba que estaba prácticamente escondido en un camino rodeado de palmeras en Sunset Boulevard.
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Meghan y Harry escogieron el restaurante Polo Lounge para cenar, del que eran clientes habituales Marilyn Monroe y Frank Sinatra. Se hizo famoso por convertirse en el epicentro de las cenas de los nombres más poderosos de Hollywood y ha sido y es el restaurante favorito de varias generaciones de estrellas. Además de la sala, cuenta con un espectacular patio rodeado de árboles y flores perfecto para cenas y desayunos al aire libre.
No solo todas las celebrities que han pasado por el Polo Lounge son su gran reclamo, también lo es su comida. El restaurante está especializado en cocina norteamericana con toques italianos y es la cuna de la famosa ensalada McCarthy, que lleva el nombre del jugador de polo Neil McCarthy, quien pidió que le prepararan una ensalada a base de lechuga, pollo, remolacha, huevo, queso cheddar, tomate, aguacate y bacon ahumado con una deliciosa vinagreta de mostaza.
La historia del Beverly Hills Hotel: el favorito de Elizabeth Taylor y Marilyn Monroe
El Beverly Hotels abrió en mayo de 1912 y su propietaria era Margaret Anderson. Por aquel entonces, Beverly Hills apenas existía (solo había seis casas construidas) y por supuesto no tenía la fama que ha alcanzado como lugar de residencia de famosos. La idea era que aquellos que llegaran a esta zona dispuestos a comprar una casa tuvieran un hotel a la altura donde alojarse y disfrutar de todos los lujos.
En la década de 1920, el actor Douglas Fairbanks y su mujer, Mary Pickford, se mudaron a la zona y ejercieron un efecto llamada para otros rostros famosos de Hollywood. En la década de los 40, el hotel fue remodelado y adquirió los famosos colores rosa y verde que siguen siendo dominantes en su decoración.
Unos años antes había comenzado su época de esplendor. Fred Astaire adoraba leer el Daily Variety y el Hollywood Reporter junto a la piscina, el corazón del famoso Sand and Pool Club que se había hecho con arena importada de Arizona para simular una playa. Más tarde se convirtió en uno de los lugares más populares de la ciudad para organizar desfiles de moda y Marlene Dietrich, una de sus benefactores, consiguió cambiar el dresscode del Polo Lounge que obligaba a las mujeres a llevar falda, algo a lo que ella se negaba.
En la década de los 50 otros royals también lo visitaban asiduamente, como Wallis Simpson y Eduardo VIII, la princesa Margarita y Lord Snowdon, el rey Alberto de Bélgica, Alberto de Mónaco y Grace Kelly. En aquella época Elizabeth Taylor también se convirtió en una de sus huéspedes más famosas, y pasó allí seis de sus ocho lunas de miel. El hotel ha vivido otros muchos momentos históricos, se han rodado varias películas, e incluso Faye Dunaway se alojó en él después de ganar el Oscar a Mejor Actriz, protagonizando una histórica fotografía sentada junto a la piscina del hotel, recostada en una silla, rodeada de periódicos y su Oscar.
El hotel que inspiró la famosa canción Hotel California de los Eagles es ahora uno de los lugares favoritos de Meghan y Harry. Un lugar lleno de historia que siempre ha sabido enamorar a los nombres más famosos y adinerados.
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