Atravesamos tiempos convulsos en los que las cosas no se han puesto nada fáciles, como siempre, para las minorías. Tampoco para las mujeres. Si ya en materia de igualdad nos faltaba mucho camino por recorrer para cerrar esa brecha que separa a hombres y mujeres, los daños colaterales del Covid en el mundo han venido a agravarla aún más. Muchas son las mujeres que han tenido que renunciar a sus trabajos para cuidar de los suyos durante los confinamientos y muchas las niñas, sobre todo en países en desarrollo, que no volverán a las aulas tras esta pandemia, tal como cuentan los datos recogidos por ONG como Plan Internacional. Por eso, y por los conflictos raciales acaecidos en los últimos meses que han llevado a millones de personas a las calles a gritar Stop asian hate o Black lives matter, el Oscar recibido por Chloé Zhao significa mucho más.
La directora china nació en Pekín, pero desde su adolescencia ha vivido en Londres, para después dar el salto a Nueva York y estudiar allí dirección de Cine. A sus 38 años, Zhao tiene un don para esto del séptimo arte. Así ha quedado demostrado cuando con su tercera película, Nomadland, ha sido capaz de arrasar en el circuito de premios internacionales hasta alzarse con la joya de la corona, el Oscar. Solo cinco años en el circuito profesional han bastado para consagrarse en el Olimpo de los Cineastas. Y con ello, Chloé ha roto muchas barreras.
Para empezar, ha derrumbado ese muro hollywoodiense contra el que las directoras de cine chocaban una y otra vez. «Chloé Zhao ha roto varios techos de cemento. No solo ha sido la segunda mujer en ganar la preciada estatuilla en la máxima categoría copada siempre por hombres, si no que es la primera mujer no blanca en hacerlo», nos cuenta la directora de cine Mabel Lozano. Un hito, el de dar voz y visibilidad a todas las minorías, al que la propia Chloé Zhao ha hecho referencia en numerosas entrevistas, señalando que gracias a este premio muchas minorías pueden empezar a creer en sus sueños. Algo que ella misma hizo gracias al apoyo de sus padres. «No solo abrirá esas puertas, sino que es el mejor referente para muchas otras mujeres, Chloé Zhao va a inspirar a muchas jóvenes a seguir sus pasos», comenta Mabel Lozano.
Sin embargo, tal como recalca Lozano, este galardón no responde a una cuestión de género: «Importante dejar claro que Zhao no ha ganado un Oscar por ser mujer, sino porque su trabajo como directora en el largometraje Nomadland es de lejos el mejor». Y es que esta película, que refleja una realidad social que vive más de un millón de personas en Estados Unidos, ha calado en un momento en que poner la realidad sobre la mesa es casi una obligación.
Eso sí, aunque Nomadland ha abierto la puerta a otras mujeres, Mabel Lozano advierte que en el sector del cine aún hay mucho camino por recorrer en materia de igualdad: «Los que eligen los proyectos, los contenidos, mayoritariamente son hombres; televisiones, plataformas, festivales de cine… Este es nuestro primer y mas grande escollo».
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