Con ustedes, el congresista más joven de EE UU: superviviente de un grave accidente de coche y prometido con una entrenadora de ‘crossfit’

Con tan sóolo 24 años, a varios días de cumplir la edad mínima para poder ser congresista (25 años), Madison Cawthorn ganó en junio unas primarias republicanas en Carolina del Norte. Un movimiento que sorprendió a propios y extraños. Cawthorn había sido un protegido del congresista Mark Meadows, actual jefe de gabinete de Donald Trump, y no era el candidato favorito de ninguno de los dos políticos. Sin embargo, tanto su victoria, bajo el lema "Fe, familia, libertad", como la primera parte de su campaña hacían presagiar que el ala dura de los republicanos había encontrado a su propio Alexandria Ocasio-Cortez: un joven amante de las armas, que cita el Antiguo Testamento y defiende los valores más conservadores sin tapujos. Un "luchador", como él mismo se denomina, que lleva siete años enfrentándose a las consecuencias de un accidente de tráfico que lo dejó parcialmente paralizado y lo tiene postrado en una silla de ruedas. ¿El primer mensaje tras conocerse su victoria en esta jornada electoral? "Llorad más, progres". ["Cry more, lib"]

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A dream come true to represent WNC values on the national stage.

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Efectivamente, Cawthorn es la respuesta republicana a AOC: una criatura del neopopulismo y del Tea Party que hace una década empezó a sacudir el republicanismo. Una figura escoradísima a la derecha, que llama "chusma" a los votantes de izquierdas, habla de conspiraciones raciales contra "los hombres blancos que quieren entrar en política" y que se las ha apañado para tener un pasado complicado, siendo generosos, en su corto periplo político. El mensaje que lo ha llevado a Washington está en sintonía con la corriente política que nos dio a Trump: denuncia la existencia de un establishment en la capital, incluso en su propio partido, del que solo "luchadores con principios" como él pueden salvar al pueblo.

Cawthorn fue educado en casa en valores evangélicos, es un orgulloso miembro de la Asociación Nacional del Rifle, está prometido con una entrenadora de crossfit, Cristina Bayardelle, y tiene una empresa inmobiliaria. Antes del accidente, su sueño era acudir a la Academia Naval para hacer carrera en el Ejército. Pero cuando uno de los amigos con los que iba de vacaciones se quedó dormido al volante, "todo cambió". De repente, se convirtió en un joven de 18 años con una deuda de tres millones de dólares –su factura médica tras el accidente–, que tenía que renunciar al sueño militar y reinventarse desde cero. Ese es el relato oficial que, junto a su telegenia y su carisma (fue uno de los miembros más aplaudidos en la Convención Republicana de agosto, tras una intervención en la que acabó levantándose de su silla de ruedas), lo ha llevado a la victoria.

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I get to marry this girl in 173 days!? For those of you that know me and can do basic arithmetic you might notice the wedding will be on the anniversary of my accident… it was actually Cristina’s idea. Rewriting the history of that day so instead of dreading it I can look forward to it and remember it with fondness instead of sorrow. I’m a lucky lucky man. Plus she is becoming a political bad-ass and it’s fun to watch.

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Sin embargo, incluso en ese relato hay fallas: está comprobado que Cawthorn ya sabía antes de ese accidente, en 2014, que había sido rechazado por la Academia Naval. También ha mentido sobre su trabajo con Meadows, con el que dijo que trabajaba a tiempo completo (fue a media jornada, entre 2015 y 2016), y sobre su deuda: la aseguradora del conductor del vehículo ofreció pagar íntegramente esos tres millones de dólares que costaron sus operaciones (presume de tener una columna vertebral reforzada con titanio, cosa que sí es verdad) y la respuesta de Cawthorne fue demandar a la aseguradora, y no al conductor, por 10 veces esa cantidad. Cawthorn perdió el juicio. Su empresa inmobiliaria solo ha tenido un cliente en todo este tiempo y, sin embargo, mantiene propiedades por valor de varios millones de dólares, algo que le resta un poco de valor a la historia de empresario hecho a sí mismo.

Esa empresa inmobiliaria también lo ha puesto en otro aprieto: se llama SPQR Holdings, por el estandarte de la antigua Roma: "el Senado y el Pueblo Romano". Pero el nombre actualmente se relaciona más con el supremacismo blanco, los movimientos neofascistas y otras compañías peligrosas. No es el único símbolo peligroso con el que se lo ha asociado. Visitó el Nido de las Águilas de Hitler, al que llamaba "Führer". Ha lucido parafernalia y banderas relacionadas con las milicias supremacistas. Y, al final, cuando se defendió de esas acusaciones, a las que llamó "conspiraciones de la extrema izquierda", lo hizo articulando el mensaje de una forma curiosa: "Hoy en día condeno el supremacismo blanco y el nazismo".

Por el camino dejó creada una web para atacar a un periodista, al que acusaba de "trabajar para hombres no blancos para arruinar a los hombres blancos que quieren entrar en política". Un mensaje que finalmente cambió para acusar a ese periodista de "defender sin avergonzarse las políticas identitarias de la izquierda". Ha atacado en varias ocasiones las políticas de integración, afirmando que "no hay nada más racista" que las becas o las oportunidades para minorías. Y llama "chusma" a todo el que apoye el movimiento Black Lives Matter. "Cuando la chusma se arrodilla", en referencia a la protesta icónica (y no violenta) de Colin Kaepernick, yo me levanto", fue otro de los mensajes de su campaña.

También ha sido acusado por varias mujeres de conductas sexuales inapropiadas, algo de lo que se ha defendido ofreciendo testimonios de amigas personales y admitiendo que, en al menos una ocasión, intentó besar sin permiso a una de sus acusadoras, "como parte del flirteo, de forma normal". Eventos casi todos posteriores al accidente, durante el único semestre que acudió a una universidad evangélica, de la que salió tras suspender casi todas las asignaturas.

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