Crisis, drama, pandemia… ¿cómo puede mejorar el pensamiento positivo tu vida? Hablamos con Rhonda Byrne, la gurú con millones de seguidores

Antes de El secreto (Urano, 2007), el libro que la convirtió en la chamana global de la ley de la atracción, Rhonda Byrne (Melbourne, 1945) inventaba mundos para la televisión australiana como guionista y productora en programas sobre ovnis, muertes misteriosas o declaraciones de amor extravagantes. Fue su hija Hailey la que la animó a leer libros de autoayuda y pensamiento positivo para superar la depresión que le causó la muerte de su padre. Le bastaron dos años de inmersión en el misterio para poner a circular su primer libro, un mágico volumen que lleva vendidos más de 30 millones de ejemplares y se ha traducido a más de 50 idiomas, además de dar lugar a una película protagonizada por Katie Holmes y estrenada el pasado octubre.

El culto a esta autora es tal, que la continuación de su bestseller, El secreto más grande (Harper Collins), se publica ahora en 30 países y 29 lenguas, con una tirada inicial de un millón de ejemplares.

Byrne apuesta por el desapego: no dejarse afectar por lo material, lo mental y lo emocional, y entrenarse en la aceptación de lo que ocurre.

En realidad, fue la todopoderosa Oprah Winfrey la que obró el estruendoso milagro: promocionó el libro en su programa y convenció a sus seguidoras de la verdad de su mensaje. Este es sencillo: el pensamiento puede atraer riqueza, salud, amor, felicidad… Basta visualizarlo, pensar positivamente y se materializará. Byrne asegura que lo ha comprobado personalmente. “Tras El secreto, mi vida cambió porque cambió mi manera de pensar: me hice consciente de mis pensamientos y enfoqué en lo positivo en vez de en lo negativo –explica desde California–. Todo mejoró. Estaba en la ruina y ahora tengo libertad económica; mis relaciones eran un desastre y ahora son armoniosas; tenía problemas de salud y estoy en plena forma”.

La ley de la atracción no es, en realidad, una creación de Byrne. La teoría fue formulada por el abogado y ocultista estadounidense William Walker Atkinson (1862-1932), que se hizo pasar por el maestro yogi Ramacharaka para escribir sobre yoga, por el swami Bhakta Vishita para publicar consideraciones sobre el hinduismo y por Theron Q. Dumont, “instructor en el arte y la ciencia del magnetismo personal de París”, para difundir sus ideas sobre la automejora, el poder de la mente y la autoconfianza. “Cuando desvelé la verdad sobre el poder de la mente, me di cuenta de que había mucho más por descubrir”, relata Byrne sobre el camino que le llevó a escribir su segundo libro. “Me embarqué en un viaje de búsqueda que duró 14 años, hasta que encontré algo monumental: el descubrimiento más grande que el ser humano puede hacer”. Una vez más, no se refiere a nada nuevo. Sus hallazgos son citas de textos venerados desde hace siglos en religiones y filosofías orientales (de la Biblia al Bhagavad Gita) y de gurús como Deepak Chopra o Eckhart Tolle. Todo un collage espiritual.

Byrne no promete ya la abundancia material sino el fin del sufrimiento. Si su radar para detectar una demanda global sigue en forma, en 15 años la humanidad ha pasado de soñar a padecer. “El libro nos enseña cómo pasar del sufrimiento a la felicidad duradera. Su propósito es liberar de pensamientos y emociones negativas, de ansiedad, estrés, preocupación, incertidumbre y, sobre todo, del miedo. Y en su lugar va producir una felicidad jamás experimentada”. ¿Cómo? Mediante la viejísima idea del desapego: no dejarse afectar por lo material, lo mental y lo emocional y entrenar la aceptación de lo que ocurre. Cada capítulo termina con ideas clave (por ejemplo, “no eres tu mente” o “la vida es un sueño”) y técnicas como la “acogida”: abrir los brazos para aceptar un sentimiento negativo que, al no reprimirlo, pierda intensidad.

No hay que ser Nostradamus para predecir que El secreto más grande se venderá por millones. La Organización Mundial de la Salud lleva años advirtiendo de cómo la ansiedad y la depresión se han convertido en la pandemia silenciosa en occidente y este tipo de libros ofrece refugio a quienes no pueden acceder a un tratamiento terapéutico o psicológico.

Sin embargo, en un momento en el que el coronavirus y la crisis climática (por no hablar de la pobreza y la violencia) amenazan el planeta, cuesta empatizar con esta visión de la existencia como una realidad exclusivamente espiritual. La escritora, sin embargo, se reafirma. “Lo que pienso sobre el mundo, y sobre Estados Unidos, es que todo sigue su curso. Como el fallecido Robert Adams solía decir, “todo va bien y sucede lo que debe suceder”. Cuando conoces la verdad en su totalidad entiendes estas palabras y dejas de preocuparte por el mundo. Todo va a la perfección, aunque al contemplar el mundo te parezca lo último que decir de él. Uno de los capítulos se titula El mundo: todo va bien. Algo que los seres iluminados y los grandes sabios han estado diciendo durante siglos”.

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