La vida de Cruz Sánchez de Lara siempre estuvo destinada a la labor social: «Aprendí muy joven que de las cosas malas se sale si vas de la mano de los demás, y yo quería ser parte de esos demás para otras personas». Cruz es abogada, experta en Derechos Humanos y cuenta a sus espaldas con un amplio recorrido en instituciones en las que colabora ofreciendo su ayuda humanitaria, como en bancos de alimentos o en asociaciones que ofrecen asistencia a las víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual. «Invitaría a todo el mundo a que se acercara a conocer a las mujeres de asociaciones como APRAMP. Son mujeres rescatadas que, aunque ahora tienen un trabajo, cuentan historias muy dramáticas. Algunas han sido vendidas para ser explotadas por sus hijos», cuenta.
A pesar de los estragos y de la ralentización que la pandemia deja con su rastro, Cruz lleva tiempo involucrada en un proyecto de construcción de un centro en Kenia en el que se ofrecerá amparo a mujeres recién salidas de la cárcel por cometer delitos menores: «Cuando salen, en ocasiones, no tienen a dónde ir, ni nadie que las recoja. Solo tienen una piel de ébano maravillosa y unos cuerpos impresionantes… por lo que ya os podéis imaginar cuál suele ser su destino, ya que no tienen ingresos para comer». En una de las salas de su despacho Sánchez de Lara Abogados, observamos que, acompañando otras obras de derecho, Cruz tiene colocado un libro con una portada de Frida Kahlo: «Me gusta conocer la vida de mujeres que se enfrentaron a lo que nosotros ahora consideramos normal. Me gusta esa actitud retadora y defensora de lo que creían que era justo». Cruz reafirma sus palabras y cita, como conclusión, a una de las máximas del feminismo, Simone de Beauvoir: «Decía siempre que en los derechos de las mujeres ninguna batalla está consolidada.Tenemos que estar alerta porque cualquier cosa puede implicar un retroceso».
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