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Dakota Johnson ha salido este sábado de compras a un mercado local en Malibú acompañada de Apple, la hija de 15 años de su pareja Chris Martin y Gwyneth Paltrow, y una amiga. La escena parece salida directamente de una película. La actriz conduce un precioso Ford Mustang GT350 de los años 60 de color negro con franjas blancas que lo recorren. Cuando la puerta se abre, allí está ella (con la protección necesaria para enfrentar la pandemia): con un maravilloso vestido blanco vaporoso de tirantes anchos que la intérprete luce con unos sencillos y cómodos mules planos de color marrón.
Con su pelo suelto y unas gafas de sol oscuras, recoge su caja de cartón de fruta y verdura en Vintage Grocers y se dispone a regresar casa. Pero si fuera una película faltaría algo de acción, así que sucede. El precioso coche empieza a fallar, Dakota tiene que parar a un lado de la carretera. Por suerte, encuentra a un amable conductor que le da algunas indicaciones sobre lo que le puede pasar a su bonito pero antiguo vehículo.
Tras esperar unos minutos, intenta arrancar el coche y esta vez parece funcionar con normalidad. Ahora sí, es momento de seguir camino a casa para continuar la vida confinada junto a su novio y a la hija de este a quienes a veces se une el hermano de Apple, Moses, y salen todos a dar un, permitido, paseo en bicicleta.
Porque ellos han logrado, también, formar esa idílica familia en la que todos, novios, hijos y ex se llevan estupendamente. Dakota tiene, entre otras cosas, un ejemplo próximo donde mirar, su madre y Antonio Banderas.
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