- El doctor Miguel Ángel Martínez-González y la periodista Marisol Guisasola publican el libro ‘¿Qué comes?’ para compartir las pautas para comer con ciencia y conciencia.
- El epidemiólogo advierte de los peligros de la obesidad tanto en adultos como en niños. «La obesidad deteriora la calidad de vida», afirma.
El doctor Miguel Ángel Martínez-González defiende los beneficios de la dieta mediterránea. El aclamado epidemiólogo y la periodista Marisol Guisasola han unido fuerzas para publicar ‘¿Qué comes?’ en el que te enseñarán a comer con ciencia y con conciencia. En este libro, práctico, ameno y divulgativo, el doctor analiza los peligros de la obesidad y nos da las recomendaciones para evitarla y seguir los buenos hábitos de la dieta mediterránea. Además, Martínez-González desmonta mitos sobre la alimentación como si es verdad que, si tienes colesterol, debes evitar los huevos o que hay que tener tres lácteos al día.
Doctor Martínez-González, ¿qué podemos encontrar en ‘¿Qué comes?’, su nuevo libro?
Una fuente de información bien apoyada científicamente y sin conflictos de interés. No tiene otro interés que el de la salud pública.
¿Cuál es la mejor arma para prevenir futuras dolencias?
La dieta y el estilo de vida. Dentro de la dieta, el modelo mejor fundamentado en la investigación científica más solvente es el de la dieta mediterránea tradicional.
¿Por qué la obesidad es tan peligrosa?
Porque nuestro organismo no está preparado para esa sobrecarga de tejido adiposo. La obesidad multiplica por más de 30 veces el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, eleva también mucho las tasas de mortalidad cardiovascular, el riesgo de morir prematuramente por diversos cánceres y por insuficiencia renal. Además de acortar la vida, la obesidad deteriora la calidad de vida, crea problemas respiratorios, estropea las articulaciones y quita vida a los años. Por otra parte, la obesidad, sobre todo la obesidad abdominal, nos inflama por dentro, como explicamos en el libro ‘¿Qué comes?’.
En un estudio publicado en la revista de Cardiología, se prevé que entre 2016 y 2030, los adultos con sobrepeso aumenten un 16% en España. ¿Qué debemos comer y hacer para evitar el sobrepeso y la obesidad?
Es un estudio muy interesante hecho por amigos del IMIM de Barcelona, que llevan implicados muchos años en nuestro esfuerzo conjunto del PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea). Un concepto irrenunciable de la dieta mediterránea es la frugalidad. Menos plato y más zapato. Como mejor se come la dieta mediterránea es en plato de postre. Lo que más nos engorda son refrescos y otras bebidas que tienen algún azúcar añadido (incluyendo zumos envasados artificiales de frutas) y todos esos productos ultra-procesados que llenan los supermercados: galletas, donuts, postres que son bombas de nata y azúcar, pizzas, hamburguesas, salchichas y esos embutidos, nuggets y otros productos que no se acaba de reconocer bien de qué están hechos, pero están cargados de azúcar, de sal o de grasa saturada y suelen contener muchos aditivos químicos. En los últimos 50 años, se ha triplicado el consumo de azúcar y se han disparado las tasas de obesidad como nunca en todo el mundo. Cuando ya se tiene sobrepeso hay que tener mucho cuidado con el pan blanco que está presente en todas partes, pero lo transformamos rápidamente en azúcar y eso nos engordará. Lo sensato es pasarse cuanto antes y del todo al pan integral.
¿Y en los niños?
Las golosinas y ‘chuches’ que se les dan a veces como premio a los niños realmente son, dispositivos de liberación de azúcar (más del 50% de su peso es puro azúcar). La bollería industrial, las galletas, los cacaos solubles, están también engordando a nuestra población infantil. Y sobre todo, la mala costumbre de llevarles a una hamburguesería a celebrar fiestas y cumpleaños. Hay que enseñarles a comer más fruta, que sea siempre el postre habitual. Estamos en los peores puestos de obesidad infantil en los estudios europeos, según el importante estudio COSI (siglas de European Childhood Obesity Surveillance Initiative).
¿El ejercicio es tan bueno como dicen? ¿Cómo podemos combatir el sedentarismo?
Definitivamente, el ejercicio es muy saludable, pero no basta. Debe acompañarse de un patrón alimentario de alta calidad, como el mediterráneo. No sería lógico pasar de la noche al día de sedentario total a atleta de élite. Hay que ir poco a poco, y lo que más cambia el estado de salud es el paso de ser totalmente sedentario a empezar a ser modestamente activo: se puede empezar por pasear 10 minutos a paso rápido y hacerlo 3 veces al día, junto con ejercitarse en levantar una botella de medio litro de agua como si fuesen pesas.
¿Por qué afirma que la dieta mediterránea es la mejor del mundo?
Porque es la que más se ha valorado con estudios de cohortes (más de 5000 personas en cada estudio, seguidas al menos 5 años) y con un gran ensayo con reparto al azar, que se llama PREDIMED, que se ha hecho en España y es el mayor hecho nunca en Europa. PREDIMED es único en el mundo. Nuestros resultados son unánimes con los de decenas de estudios de todo el mundo en cuanto a la reducción de la enfermedad cardiovascular. Ningún otro patrón alimentario completo cuenta con tanta evidencia científica. Esto se nota en las bases de datos de medicina como detallamos en el libro.
¿Podría darnos algunas claves para saber cómo seguir, correctamente, la dieta mediterránea?
Hay una escala sencilla de 14 puntos, que sirve de autovaloración y que se encuentra en el libro. Se tarda menos de 5 minutos en valorarse. Y esa escala se está utilizando ya en Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Brasil, Portugal y se está convirtiendo en emblemática de dieta sana en todo el mundo. Las claves son mucho aceite de oliva virgen extra, poca carne, y mejor que sea de ave, mucho pescado, pocas bebidas azucaradas, que no se use mantequilla ni margarina ni nata, ni bollería y muchos alimentos vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos).
El COVID-19 nos preocupa mucho a todos. ¿Cuáles son los factores de riesgo para que sea una infección grave? ¿Qué podemos hacer para evitarlos?
No podemos cambiar la edad, pero podemos actuar sobre la obesidad, la descompensación de una diabetes, una hipertensión o una enfermedad cardiovascular mediante un patrón alimentario muy nutritivo, pero sin exceso de calorías. El modelo es la dieta mediterránea de la que venimos hablando, que además es antiinflamatoria. Pero a eso hay que sumarle el buen control del peso y ejercicio y asegurar unos niveles adecuados de vitamina D. Esta vitamina se consigue comiendo pescado, sobre todo graso (azul), y exponiéndose al sol, al menos 15 minutos al día los antebrazos y la cara. Además, debemos insistir en que para no contagiarse hay que vivir las 3 ‘EMES’: mascarillas, manos y metros. Y evitar las 3 ‘CES’: cerrados, cercanos y concurridos. Esto hay que tomárselo muy en serio y no puedo dejar de decirlo al hablar del coronavirus.
En su libro desmonta algunos mitos y leyendas sobre alimentación. ¿Es cierto que hay que consumir tres vasos de leche al día?
No, no es cierto. Se puede tener perfectamente una dieta sana sin consumir muchos lácteos. Los higos secos, las alubias, espinacas, avellanas, almendras o el brócoli son fuentes de calcio. En la dieta mediterránea se admite un poco, solo un poco, de yogurt y queso, pero sin desplazar nunca a la fruta fresca como postre. No hace falta tomar tanta leche.
¿Debo dejar de tomar huevo si tengo el colesterol alto?
No. Una cosa es el colesterol en la yema de huevo y otro es el colesterol en la sangre. No hay una relación tan directa entre ellos ni hay motivo científico alguno para prohibir el consumo de huevo a quienes tienen alto el colesterol o tienen riesgo de infarto.
¿Es cierto que los frutos secos son malos porque tienen muchas calorías?
Esto es un mito. No hay evidencia de que engorden. Más bien al contrario, siempre dentro de un esquema de que sustituyan a otros snacks menos sanos, lo que hemos visto es que se asocian con menor riesgo de obesidad.
¿Es la cerveza una bebida tan saludable como nos quieren hacer creer?
No. Esto se dice por interés comercial pero no tiene apoyo científico. Hemos publicado estudios muy meticulosos de la cohorte «Seguimiento Universidad de Navarra» con más de 15.000 voluntarios seguidos a largo plazo y se ve una asociación clara entre consumo de cerveza y mayor ganancia de peso o mayor riesgo de síndrome metabólico. Estos resultados no permiten decir que «cerveza sea salud» sino todo lo contrario.
¿Cómo podemos evitar engordar con la edad?
Con una dieta mediterránea en plato de postre.
¿Qué consejos le daría a nuestros lectores para que cuidaran su alimentación?
Que se lean el libro «¿Qué comes?». No solo informa, sino que persuade y motiva. Les ayudará mucho. No tengo conflicto de interés al decir esto. Todos mis derechos de autor se destinarán a la investigación en prevención.
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