La esperanza de vida de la población española es de las más altas del mundo, sobre todo en las mujeres. “En cabeza están Japón y Suiza, pero España está bien situada. Eso es porque seguimos teniendo la dieta mediterránea, un buen sistema de salud, clima templado, programas de screening universales…”, explica el dr. Josep Tabernero, un experto en oncología que, además, acumula cargos: es director del Vall d’Hebron Institut de Oncología (VHIO), jefe del Servicio de Oncología del Hospital Universitario Vall d’Hebron y director médico del Instituto Oncológico IOB.
A pesar del optimismo de su primera afirmación, este experto advierte de que la prevención del cáncer está fracasando porque nos saltamos las recomendaciones de los especialistas. “El Decálogo de la Prevención Oncológica debe cumplirse, y no es el caso. Si lo cumpliéramos, nuestro riesgo se reduciría en un 40%”, explica.
M.H. ¿Qué propone ese decálogo de prevención?
Josep Tabernero No fumar, reducir el consumo de alcohol, no tomar grasas trans y dejar al mínimo el de saturadas, aumentar el consumo de fibra vegetal, y minimizar el consumo de ultraprocesados. También hacer ejercicio varias veces por semana, evitar el exceso de exposición a los rayos ultravioleta del sol, evitar la contaminación y las radiaciones ionizantes. Y controlar la obesidad.
M.H. También hay medidas proactivas.
J.T. Lo son, por ejemplo, vacunarse contra la hepatitis B o tratar la infección por hepatitis C (para prevenir cánceres hepáticos), vacunarse contra el papiloma virus (para prevenir el de cuello de útero), hacerse las pruebas de screening bien establecidas (exploraciones ginecológicas y mamaria, tests de sangre para el de colon…).
M.H. ¿Qué cánceres están más relacionados con el estilo de vida?
J.T. Sobre todo, los intestinales y los dependientes de hormonas, como la mayoría de los de mama, próstata y endometrio. Todos ellos están vinculados al exceso de grasa corporal, porque aumenta los niveles de hormonas que favorecen el desarrollo de esos tumores.
M.H. El hospital Vall d’Hebron, y usted como investigador principal, participa en un gran proyecto internacional para estudiar la relación entre el microbioma y el cáncer de colon. ¿Qué importancia va a tener ese trabajo?
J.T. Sabemos que la composición de la población microbiana intestinal influye en el riesgo de desarrollar tumores. Nuestro objetivo es averiguar hasta dónde llega esa relación en el cáncer de colon. El estudio se llama OPTIMISTIC y en él participan 11 centros y 14 investigadores de todo el mundo. Queremos ver el efecto del microbioma en todas las fases del cáncer, desde su inicio hasta la enfermedad metastásica.
M.H. ¿Cómo han cambiado el panorama los últimos avances oncológicos?
J.T. Han sido revolucionarios y están mejorando las tasas de curación. Intentamos utilizar más tratamientos personalizados, dirigidos a alteraciones celulares específicas y con pocos efectos secundarios.
M.H. ¿Cree que la quimioterapia acabará por desaparecer?
J.T. De momento no, pero se combinará más a menudo con tratamientos biológicos. También habrá más prevención, diagnósticos precoces, cronicidad… Tampoco el cáncer va a desaparecer. De hecho, cuantos más años cumplimos, mayor es nuestro riesgo de sufrirlo. En la parte positiva, gracias a los nuevos avances, los porcentajes de curación y de cronicidad siguen aumentando.
M.H. Un estudio suizo descubrió que algunas mujeres mayores mueren por causas diferentes al cáncer, aunque tengan cánceres no tratados. ¿Si las hubieran tratado, hubieran vivido menos?
J.T. Lo importante en Oncología es ver es cómo evoluciona la enfermedad antes de tratarla. Hay muchos casos que no tratamos. Por ejemplo, hay leucemias linfáticas crónicas que no se tratan hasta que el paciente no desarrolla síntomas claros o la enfermedad progresa. Además, las células cancerosas tienen una enorme capacidad para desarrollar resistencia a los tratamientos. Esa es la causa de la mayoría de muertes. Por eso es importante investigar, para anticipar cómo van a evolucionar las células cancerosas y evitar que se vuelvan resistentes.
M.H. ¿En qué campos se trabaja ahora mismo?
J.T. Básicamente en tres campos. El primero es desarrollar fármacos que reduzcan la capacidad del cáncer para evolucionar. El segundo, llevar el cáncer a un estado que lo haga vulnerable a los medicamentos y, por último, en utilizar una combinación de tratamientos que actúen conjuntamente como una barrera que no sea capaz de superar. Los experimentos están dando resultados prometedores, pero todos tardarán al menos una década en hacerse reales.
Una amenaza en cifras
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), este año se diagnosticarán cerca de 280.000 casos de cáncer en nuestro país, un 12% más que en 2015. Dicho incremento responde a factores como el aumento de la población, el envejecimiento, la exposición a factores de riesgo como el tabaco, el alcohol, la obesidad y el sedentarismo, y a la instauración de programas de detección precoz de la enfermedad, que incrementan el número de casos localizados al mismo tiempo que favorecen las curaciones. A nivel mundial, se prevé que el número de nuevos casos de cáncer aumente también en las dos próximas décadas, pasando de los 18,1 millones que se detectaron en 2018 a unos 29,5 millones en 2040. Pese a las elevadas cifras de mortalidad, la supervivencia aumenta de forma continuada. En España es del 53 % a los cinco años, similar a la del resto de países de nuestro entorno. + Info: www.vhio.net/en, IOB-onco.com y seom.org
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