De Cayetana a Cayetano, las memorias que Cayetano Martínez de Irujo, hijo de Cayetana Fitz-James Stuart, ha escrito para la editorial Esfera de los Libros está levantando ampollas incluso antes de salir a la venta el próximo 4 de septiembre. El jinete ha concedido una entrevista a XL Semanal para promocionar el libro en la que ya ha dejado varios titulares. Entre los más sorprendentes: su tonteo con las drogas –"la cocaína me perturbaba por completo"–, su tormentosa relación con el amor y el sexo –"yo vivía en una obsesión: seducir a mujeres. Ninguna se me resistía"– y una especialmente llamativa: su paso por la Cienciología durante dos años.
"Fue difícil salir, la verdad. Aquello me costó dos millones de pesetas. Yo probaba todo lo que podía ayudar", confiesa a la entrevistadora. Cayetano entró en esta iglesia buscando respuestas a una infancia dura y solitaria en el palacio de Liria marcada por la pronta desaparición de su padre –“el vacío que dejó fue enorme”, dijo en Vanity Fair en 2017– y la peculiar e "implacable" personalidad de su madre, a la que también en esta revista definió como "una emperatriz muy lejana". Esta revista se ha puesto en contacto con la iglesia y está a la espera de sus comentarios sobre la revelación.
En estas memorias abordará su mala relación con algunos de sus hermanos -“No soy el duque de Alba, pero soy el heredero moral de Cayetana Alba“- y con el segundo marido de su la duquesa de Alba, Jesús Aguirre. "Yo me sentía como Oliver Twist dentro de palacio" y subraya que tenía miedo a su madre y a sus nannies: "Iba a pedir comida o una explicación y lo único que recibía eran golpes", dice.
Otra de las sorpresas de este libro es el capítulo que dedica a su vida sentimental. Cuenta que a los 15 años tuvo una relación con la madre de la familia de acogida en Inglaterra y a los 16, con una mujer casada que conoció en el Club de Campo. “Yo buscaba cariño, una madre… ¡Estaba muy confundido!”, explica. También dedica unas líneas a Mar Flores, con la que mantuvo una relación sentimental hace un tiempo. Eso sí, no escribe su nombre en ningún momento y se refiere a ella como "la modelo".Así la describe Cayetano: “Era la horma de mi zapato en el peor de los sentidos. Yo, que pensaba que todas las mujeres estaban a mi disposición, saboreé mi propia medicina: era una mujer maquiavélica y fría, de doble personalidad”. No han salido a la venta y las memorias de Cayetano ya cotizan al alza.
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