El final de 'Los renglones torcidos de Dios', explicado

    ¡Menudo final! ‘Los renglones torcidos de Dios’, una de las mejores películas españolas de 2022, ha llegado esta semana al catálogo de películas de Netflix después de estrenarse en las salas de cine en el mes de octubre y su paso por el festival de San Sebastián. Además, en los premios Goya 2023, la película de Oriol Paulo opta a seis premios, entre ellas la de Bárbara Lennie como Mejor Actriz protagonista.

    Sin duda la película ha triunfado por su entramado argumento y su final, que tiene uno de los mejores giros de guion finales con sorpresa del cine. ¿Por qué ha enganchado tanto? Aquí nos centraremos en la trama de la película y no en la novela en la que se basa, escrita por Torcuato Luca de Tena.

    La protagonista, Alice Gould, es una investigadora que entra en un psiquiátrico simulando una paranoia. Por lo que dice ella misma, Gould había acordado con el Doctor del Olmo hacerse pasar por paciente para investigar la muerte del hijo de este. Según le dice el médico, Samuel Alvar (Eduard Fernández), el director del centro es amigo suyo y tiene todo acordado con él para el ingreso de ella. Alvar le sugirió por carta cuál podría ser el motivo más asequible para hacerla entrar en la institución: la paranoia.

    En el flashback se la ve cómo ensaya sus preparativos, las cartas, etc. Pero la reacción del doctor es totalmente contraria a la del personaje de Lennie. Desde ese momento, la cinta se transforma en un cara a cara de Alvar vs. Gould. A partir de entonces, inclinará la balanza de uno a otro: hacia el mandamás del psiquiátrico cuando aparece el «verdadero» Doctor García del Olmo. Cuando la mujer está interna en una parte determinada del centro, se le aparece su García del Olmo «la verdad es la que tú quieres que sea». Así tiene una visión en la que todo parece ser una artimaña del marido para encerrar a su esposa.

    Y ahora nos pondremos a favor de ella. Así es esta trama de la que ya se cuenta entre las mejores películas de suspense y thrillers en Netflix. Todo apunta a que la versión de Alice (Alicia) es la real, y más cuando el Dr. Arellano (Javier Beltrán) ve que la casa de la mujer está vacía y ve pruebas que concuerdan con lo que ella ha estado defendiendo.

    Jugando con los tiempos

    Esa misma tarde, la Dra. Castell (Loreto Mauleón) le avisa que vuelva, dado que están pasando cosas raras. Y más que va a suceder, porque pronto habrá fuego, que de hecho ya hemos visto anteriormente. El episodio del incendio con un fallecido que vimos al inicio fue un adelanto de la noche en la que Alice intenta escaparse. Es ella la que provoca el incendio para huir. En medio de ese caos, Remo fallece a manos del Hombre Elefante, que le mata por venganza, y creyendo que es Rómulo, detalle que se resuelve más adelante.

    ¿Qué pasa realmente en el final de ‘Los renglones torcidos de Dios’?

    Ante el tribunal médico, Alvar renuncia a su cargo y por tanto a su voto. Al irse menciona al Doctor Donadío, el principal artífice de que Alice esté allí dentro, para sorpresa de la protagonista. El médico llega y no es otro que el que hemos conocido anteriormente como el Doctor García del Olmo. «Hola Alice, ¿En qué lío te has metido esta vez?» Y la propia Alice mira a cámara y… Fin.

    El final nos hace ver que esa enfermedad inventada es la que tiene realmente la protagonista. Con esa frase tan ambigua pronunciada por el psiquiatra, da pie a que el público entienda que realmente Alice no está bien mentalmente. Sin embargo, el hecho de que Lennie se quede mirando a cámara tiene mucho significado. Puede ser que esta decisión sea para que cada uno saque sus propias conclusiones.

    ¿Está realmente inestable?¿Ha sido artimaña del propio director del psiquiátrico? Quizás la dimisión de Alvar sea parte del plan del marido, el cual ha pagado al médico para que haga el informe falso -y fingir que no sabe nada del asunto- y así quedarse con su fortuna. Además, la trama no para de mostrarnos a Alice de forma que la creamos inocente y víctima del maquiavélico plan.

    No obstante, el final más lógico que nos queda tras esa frase es que la investigación y lo demás parte de una paranoia de su cabeza. Una de tantas, como sugiere su médico.

    Vía: Fotogramas ES

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