El traje (y la camisa rosa) de Pablo Iglesias, un acierto estético con un pequeño fallo de etiqueta

Una de las noticias del día es que Pablo Iglesias se ha presentado hoy a la jura como vicepresidente con un traje a un evento público a este lado de los Goya. Un traje en tonos oscuros, con buena sastrería, y al que únicamente le faltaba un botón desabrochado para quedarle perfecto. Iglesias no llevaba corbata, y vestía una camisa rosa pálido sin complementos a juego, pero el impacto ha sido tremendo. Sobre todo porque a Iglesias sólo le hemos públicamente semejante grado de etiqueta en los premios Goya. Aunque tampoco debería sorprendernos. Desde el desastre de 2016, cuando apareció con un esmoquin que no era de su talla y con la pajarita caída, Iglesias ha dado lo mejor de sí mismo en cada gala posterior.

Pero aquel 2016 fue importante por más motivos para entender la evolución actual. Hoy, Pablo Iglesias y el rey Felipe VI se han reencontrado con un estilismo bien distinto a aquel primer encuentro de enero de 2016 en el que el rey (por entonces afeitado, con traje y corbata azul) y el líder de Podemos (con camisa blanca arremangada y vaqueros) protagonizaron una de las fotos más insólitas de nuestra democracia.

Desde entonces, el rey Felipe y el diputado Iglesias se han visto en distintos escenarios. Todos empiezan con: "el rey con traje…" y, en al menos dos ocasiones de este movidito año electoral, acababan en "…Iglesias con americana". Pero nos estamos adelantando, aquel 2016 tendría más novedades. A final de ese año, Iglesias aceptó posar para Vanity Fair con un traje a medida para celebrar nuestros 100 primeros números, la primera demostración de que otro Pablo era posible.

Una lección que se llevó aprendida con mejores esmoquin en los Goya, pero que no tenía reflejo en el Congreso. Allí, el ahora vicepresidente no llevó americana hasta 2017, un evento que se ha repetido en escasas ocasiones más suscitando confusiones que el mismo ha aclarado, incluso a medios afines:

Pero el "sacrificio" de hoy -en su momento, Monedero señaló que las indumentarias menos de combate de los miembros de Podemos eran una señal de moderación- también es un gesto de concordia hacia el nuevo Gobierno. Iglesias no llevaba pañuelo o complemento a juego con su traje, pero sí discurso. Uno en el que agradecía al PSOE la confianza depositada en el primer Gobierno de coalición de esta etapa democrática. Y que indicaba el equilibrio perfecto entre la ocasión solemne para todos los implicados, resaltada con su traje… Y la personalidad propia -el botón abierto y sin corbata, algo en lo que coincidieron Alberto Garzón y él, aunque Garzón tuvo menos fortuna en el arreglo del pantalón-, algo a lo que nadie, ni un vicepresidente, debería renunciar jamás.

Pero sí, Iglesias ha llevado traje a un acto público como representante político. Sólo ha hecho falta un Gobierno de coalición para conseguirlo.

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