El aislamiento por coronavirus nos ha puesto a prueba y ha desmontado todas nuestras rutinas. Los efectos de la cuarentena se han hecho evidentes tanto en el plano físico como en el psicológico y todas hemos cometido ciertos errores que estamos a tiempo de subsanar. Sé honesta contigo misma (y también amable) y, si has cometido fallos, te ayudamos a revertirlos para que devuelvas el equilibrio a tu día a día.
Alterar tus horarios
La incertidumbre, la ansiedad, la tristeza, el miedo o el estrés son factores que alteran los ciclos de sueño y seguramente hayas padecido alguno de ellos. El insomnio, los despertares nocturnos, dormirte tarde, comer a deshoras… tu ritmo biológico se ha alterado y las consecuencias no son nada deseables: irritabilidad, falta de energía, fatiga, un estado anímico más bajo…
Lo ideal es regular los horarios para recuperar la armonía y la salud física y mental. Márcate un horario para las comidas, levántate y acuéstate siempre a la misma. Una vida ordenada te dará paz mental y te sentirás mejor, más animada y con más energía.
Descuidar tu alimentación
Vale, reconozcámoslo, la ansiedad, el shock de estar viviendo casi en una película apocalíptica de Hollywod, y todos los cambios que nos ha traído esta situación de emergencia sanitaria, ha hecho que nuestros hábitos de consumo, y nuestra alimentación por ende, cambien.
Estar mucho tiempo en casa, unido a los factores anteriores, ha hecho que muchas veces comamos por aburrimiento o confundamos hambre emocional con hambre real. Hemos cocinado de más para “hacer hogar”, repostería casera, dulces, pan, hemos tomado picoteo poco saludable, caprichos… es hora de poner el contador a cero y retomar la vida sana que estabas haciendo. Vuelve a equilibrar tu dieta tomando más fruta y verdura, huyendo de los ultra procesados y apostando por la comida real. Bebe más agua y evita azúcares y elaboraciones pesadas. Retomar tu dieta saludable va a aportarte seguridad en tu misma, salud, bienestar y control, cosa que en otros ámbitos no podemos lograr desafortunadamente. Mens sana in corpore sano.
Sobreinformarte
Un exceso de información es un bombardeo constante que va a hacer que estés pensando el día entero en la dramática situación que está viviendo el mundo el general y nuestro país en particular. No es necesario evadirte de la realidad pero dosifica la información para que no te afecte tanto como para desanimarte, deprimirte, no dejarte dormir, estresarte, generarte mucha ansiedad… La situación es cierto que ha sido y es terrible pero estar todo el día informándote no va a hacer que cambie. Puedes informarte a diario en una franja horaria limitada que decidas pero el resto del día desconecta para evitar que limite tu vida y te empuje por un camino que no es nada deseable.
Descuidar tu higiene
El hecho de estar en casa y no salir a trabajar, al cine, de cañas o con amigos no quiere decir que tengamos que descuidar nuestra higiene personal. Ducharse a diario, lavarse los dientes después de las comidas, vestirse, peinarse e incluso ¿por qué no? maquillarse un poco, hace que, además de los beneficios propios del aseo, te sientas mucho mejor, eleves tu autoestima y tu nivel de bienestar aumente. Conviértelos en rituales placenteros, aunque estés casi todo el día en casa y salgas muy poco o nada, darse una ducha con geles de aromas que te gusten, envolverte en cremas o aceites de texturas aterciopeladas o pulverizar en tu ropa tu perfume favorito, son gestos que aportan sensaciones muy agradables y que van a hacer que veas el día de otra forma.
El sedentarismo
El sedentarismo no beneficia a nadie, es cierto que la situación es compleja pero activarse es un paso hacia adelante que va a hacer que vivas el confinamiento de otra manera. El ejercicio físico eleva el estado de ánimo al segregar más serotonina (hormona de la felicidad), aporta energía y te va a hacer estar en forma, más ágil, más despierta y con mayor bienestar. Despeja la mente y fortalece el cuerpo. No te culpes si algún día a la semana quieres descansar, todos nos merecemos un descanso y es muy saludable pero que no se convierta en una costumbre porque tiene consecuencias poco deseables.
Aprovecha que ahora podemos salir un rato a pasear y madruga, haz ejercicio al aire libre o sal a pasear, a correr o a estirar, este simple gesto va a hacer que tu día mejore y empiece de mejor forma. Ánimo, esto también pasará y cada día es un día menos para que termine.
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