Si tu tiroides funciona como un reloj y estás lejos de sufrir la reducción de estrógenos de la menopausia, solo existen tres hormonas que pueden interferir en tus planes de conseguir un peso saludable: la insulina, la ghrelina y el cortisol. Te contamos todo sobre ellas para que puedas meterlas en cintura y que tus esfuerzos en el plato y el gimnasio se vean reflejados cuando te peses en la báscula.
Hormonas que te impiden adelgazar: la insulina
Cuando oyes hablar de la importancia de evitar los famosos “picos de azúcar en sangre” detrás de ellos se esconde la insulina. Esta hormona secretada por el páncreas es, posiblemente, de las más importantes a la hora de mantener un peso adecuado. La insulina es la encargada de almacenar la energía que se extrae de los alimentos que consumimos y lo hace de dos formas: o como glucógeno en el hígado y los músculos o como grasa en tu cintura. Ni que decir tiene que si queremos adelgazar nos interesa más la primera forma que la segunda.
Desafortunadamente descontrolar los niveles de insulina es sencillo: basta con llevar una dieta alta en hidratos de carbono y azúcares simples. La forma más sencilla de que todo vuelva a su cauce es sustituir las harinas procesadas, los azúcares simples y los hidratos de carbono sencillo por las formas que permiten evitar los “picos de azúcar”: cereales integrales, legumbres, fruta y verduras. El consumo de hidratos debe de estar siempre asociado al consumo de fibra. Y de tomar azúcar, mejor, ni hablamos.
Hormonas que te impiden adelgazar: el cortisol
La conocida como hormona del estrés tiene una relación directa con la acumulación de grasa y, para nuestra desdicha, cualquier situación puede desatar que recorra nuestro organismo manteniéndonos alerta. Al listado de situaciones que cualquiera de nosotros podemos identificar como estresantes hay que añadir otras que puede que no tengamos tan claro, pero que también van acompañadas de altos niveles de cortisol, como por ejemplo sufrir insomnio.
El cortisol no solo nos activa, sino que tiene una influencia directa sobre el famoso metabolismo. Entre sus funciones se encuentra la de elevar los niveles de glucosa en sangre y para conseguirlo descompone el tejido muscular y, a menos músculos, menor tasa metabólica, menor capacidad para quemar calorías y mayor capacidad para engordar.
La mejor forma de mantener el cortisol bajo control es haciendo ejercicio todos los días incluyendo un mínimo diario de 40 minutos de ejercicio cardiovascular. En cuanto a la dieta, los alimentos que combaten los niveles de cortisol son los ricos en vitaminas del grupo B (huevos, legumbres, frutos secos y verduras de hoja verde como las espinacas); los que poseen omega 3 y los ricos en minerales como el magnesio. Y, por supuesto, es imprescindible dormir.
Hormonas que te impiden adelgazar: la ghrelina
Para que te hagas una idea de su importancia, a la ghrelina se le ha puesto el sobrenombre de la hormona del hambre. Se produce en el estómago y es la encargada de informar al cerebro de que ya va siendo hora de volver a comer. Si los niveles de ghrelina se disparan, la sensación de hambre no sólo no desaparece aunque tu estómago esté lleno, es que el metabolismo se ralentiza y se reduce el gasto de energía y se tiende a acumular más grasa en la zona del abdomen.
Para que los niveles de ghrelina se mantengan en los márgenes adecuados debemos seguir algunas indicaciones como, por ejemplo, huir de las dietas que ofrecen resultados rápidos o una bajada drástica de la ingesta de calorías. Paradójicamente, una dieta bien diseñada que nos ayude a perder peso en un espacio de tiempo largo es más eficaz que la que nos ayuda a perder mucho peso muy rápidamente.
Otras indicaciones útiles para controlar la ghrelina son dormir un mínimo de siete horas al día, no consumir alcohol y no abusar de los edulcorantes para endulzarnos la vida: puede que no tengan calorías, pero alteran los niveles de ghrelina.
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